Roberto Ruiz Oliva
Sevilla, 19 mar (EFE).- El 'karkubi', sustancia estupefaciente que según la Policía se consigue al mezclar medicamentos psicotrópicos con hachís, alcohol o pegamento y que ha sido etiquetada en determinados contextos como la 'droga de los pobres' por su bajo coste y fácil elaboración, empieza a ganar protagonismo entre las agresiones al personal sanitario.
El último informe del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos (CACM), que cuenta con un registro digital pionero en España, señala que las discrepancias con la atención médica (49 %) y los retrasos a la hora de recibirla (15 %) se mantienen detrás de la mayoría de estas injustificables agresiones, pero igualmente ganan fuerza aquellas motivadas por no recetar todo lo propuesto por un paciente (13 %).
El presidente del consejo que representa al colectivo de médicos en la comunidad más poblada de España, Alfonso Carmona, ha explicado a EFE que el 'karkubi', que se elabora al mezclar psicotrópicos o cualquier otro medicamento de ese tipo que necesita prescripción, está produciendo "verdaderas catástrofes", especialmente en población juvenil que padece adicción a las drogas.
"Es un medicamento que se consigue de forma barata, comercializado como Rivotril (clonazepam). Se encargan de conseguirlo personas que acuden a los centros de salud, donde pueden robar o pedir recetas de forma reiterada a los médicos", ha explicado el presidente del CACM, que alerta de un "mercado negro" dedicado a su reventa dentro de España o en países como Marruecos.
Esta reventa puede llegar a producir hasta un equivalente a 3.000 euros al día y esto hace que la gente esté ansiosa por poder llegar a conseguir estos medicamentos, ha detallado Carmona, quien ha añadido que cuando los médicos son conscientes de esa situación optan por negar su prescripción, lo que conlleva una serie de agresiones verbales o incluso físicas, contra el facultativo.
Ante esta situación, protagonista de nuevas agresiones, ha considerado "fundamental" que médicos, cuerpos de seguridad y la administración sanitaria actúen de forma rápida y eficaz y tomen cartas en el asunto para evitar y atajar el problema.
Además de hacer frente a las agresiones a los sanitarios, se trata también de evitar que la reventa llegue al mercado negro y que se pueda producir mayor cantidad de un tipo de droga que atenta "de forma alarmante y grave" contra la salud de la población, sobre todo en el caso de personas con más necesidades.
La situación ha llevado incluso a tener que emitir una nota en Algeciras (Cádiz) para indicar a los usuarios de centros de salud que si perdían una receta debían presentar una denuncia y aportar el resguardo para emitirle una nueva, según el coordinador contra la agresiones del consejo andaluz, Gaspar Garrote.
"Había usuarios que pedían determinadas recetas y, a las horas, venían diciendo que se les había perdido para reclamar otra", ha contextualizado este representante médico.
En la misma línea, el presidente de la rama de Atención Primaria del Sindicato Médico Andaluz en Sevilla, Rafael Gómez, ha advertido a EFE del grueso de agresiones producidas por la demanda de psicotrópicos como Rivotril, medicamentos que salen a precios muy baratos y que pueden acabar en manos de mafias.
Entre las posibles soluciones para proteger a los médicos en Atención Primaria y Urgencias este representante sindical apunta a la necesidad de que haya un control más estricto respecto a este tipo de medicamentos, que requieran de un visado por parte de un inspector además de la preceptiva receta.
"La demanda de estas recetas es un problema añadido que hasta ahora no estaba tan identificado como origen de muchas agresiones, que no tienen una única causa sino que suelen ser multifactoriales", ha indicado.
Una de las amenazas más recientes a un médico se ha producido en un centro de salud de San Juan de Aznalfarache (Sevilla), donde un paciente advirtió a un doctor de que iba a "necesitar a la Guardia Civil y al Ejército" para defenderse después de negarse a recetarle Rivotril bajo coacciones e insultos.
A pesar de la realidad de la que advierten colegios y sindicatos médicos, desde el Plan Nacional sobre Drogas, dependiente del Ministerio de Sanidad, han apuntado a EFE que no cuentan con indicios de un "consumo relevante" de 'karkubi' en España.
Sí existe, han indicado, un elevado consumo de medicamentos hipnosedantes prescritos y una pequeña parte puede desviarse al mercado ilegal.
El programa de intervención desde la reducción de riesgos en el ámbito de los consumos recreativos de drogas 'Energy control', de la Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD) y financiado parcialmente desde Sanidad, publicó recientemente una nota informativa sobre el 'karkubi' en la que expllicaba que el comercio ilícito de clonazepam desde Argelia a Marruecos, o desde España a Marruecos, es un "fenómeno bien documentado".
Aclara, no obstante, que no existen estadísticas sobre el uso combinado de clonazepam y hachís en personas con pocos recursos, y que "nada indica" que se esté ante un fenómeno de magnitud.
Según esta entidad, la falta de información sobre el consumo de clonazepam, la benzodiacepina que se comercializa como Rivotril, ha motivado posiblemente que se hayan instaurado algunos "mitos" sobre su consumo, su relación con episodios violentos y que se haya estigmatizado a determinadas personas. EFE