Granollers (Barcelona), 18 mar (EFE).- La visita de este miércoles (19:00 horas) del REBI Cuenca al Palau d'Esports de Granollers, en un encuentro aplazado de la jornada 16 por la disputa de la Copa Asobal, se presenta como una auténtica final para el conjunto catalán, que no puede permitirse más despistes si quiere mantenerse en la zona noble de la clasificación.
Arropado por su afición, el Fraikin Granollers buscará la revancha ante el equipo conquense, que le derrotó en la primera jornada liguera por 38-35. Entonces el técnico, Antonio Rama, todavía estaba acoplando sus nuevas piezas al engranaje del equipo.
Sin embargo, ahora, el panorama es distinto para ambas escuadras. El Granollers, tercero con 26 puntos, se mantiene vivo en la lucha por el subcampeonato, en manos del Bathco Torrelavega, con 27 puntos, pero todavía está en un trance de superar la eliminación en la Liga Europea.
Además, los vallesanos también tendrán que lidiar con la importante baja de Ferran Castillo. Al talentoso central se le ha diagnosticado una grave lesión en el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha que le obligará a pasar por el quirófano, por lo que dice adiós a lo que resta de temporada.
Por su parte, el REBI Cuenca ha seguido una trayectoria muy irregular que le ha hecho ir de menos a más durante la temporada. En este tramo final, los de Lidio Jiménez están intentando recuperar terreno perdido en su lucha por clasificarse para disputar una competición europea el curso que viene. Actualmente, ocupan la séptima posición con 20 puntos, a 5 del Ademar León, cuarto clasificado.
El entrenador del Granollers, Antonio Rama, ha alertado de que mañana afrontan "un partido importante" ante un rival que siempre les pone "las cosas muy complicadas", y por eso ha reclamado el apoyo de la afición.
"No puntuamos en la ida, por lo que debemos salir a ganar. Queremos un ambiente como los que hemos vivido en Europa para intentar ganar después del parón de selecciones", ha apostillado. EFE
ECG/gmh/og