Madrid, 16 mar (EFE).- Un presunto yihadista con doble nacionalidad marroquí y danesa que se asentó en Melilla se enfrenta a 8 años de cárcel por dirigir "un conglomerado" de sociedades domiciliadas en Dinamarca que movían grandes cantidades de dinero de origen desconocido y que usaba para financiar el traslado de jóvenes combatientes a los que previamente captaba.
El acusado, Mohamed E. M., que será juzgado desde el lunes en la Audiencia Nacional, se encuentra en libertad bajo fianza desde 2029 tras haber permanecido en prisión provisional desde su detención en junio de 2017.
Tras una serie de idas y venidas se trasladó definitivamente a Melilla en 2013 desde Dinamarca con sus dos esposas y sus siete hijos comenzó a celebrar reuniones con jóvenes del entorno de la Mezquita As-Salam, a quienes pretendía captar para organizaciones terroristas como Dáesh o Al Qaeda en el Magreb Islámico, según el escrito de acusación de la Fiscalía.
Una vez que consideraba que los jóvenes estaban suficientemente radicalizados, "se servía de un entramado empresarial formado por un conglomerado de sociedades limitadas domiciliadas en Dinamarca" y que pese a carecer de actividad comercial alguna, "movían grandes sumas dinero, cuyo origen no ha podido determinarse y con el que finaciaba su desplazamiento para integrarse a dichas organizaciones yihadistas.
Al frente de esas sociedades y como testaferros colocaba el acusado a dichos jóvenes, quienes acabarían siendo combatientes extranjeros en zonas de conflicto o FTF (Foreingn Terrorist Fighter o Luchadores terroristas Extranjeros).
En el registro de su domicilio a raíz de su detención, le fueron intervenidos numerosos dispositivos electrónicos, así como 6.070 euros en efectivo y 450 coronas danesas.
Según la Fiscalía, tenía en su poder "una autentica biblioteca digital" para la formación en el ideario de las organizaciones terroristas de corte yihadista y lo tenía en su mayoría oculto en el interior de una caja fuerte.
También lo almacenaba en 'pendrives' que le permitían "su fácil transporte a los lugares concretos en los que se celebraran las reuniones concertadas con los jóvenes melillenses del entorno de la Mezquita As Salam".
En unos de esos pendrives fue hallada una carpeta titulada 'Fabricación' (en árabe) con 16 tutoriales de audio de cómo intentar integrar a un yihadista en la sociedad y el trabajo, para pasar desapercibido y para saber la utilidad de un chaleco antibalas o saber adquirir armas sin ser descubierto.
También con explicaciones sobre medidas de seguridad que deben adoptarse al navegar en internet, sobre cómo estudiar los transportes públicos o edificios antes de atacar;,qué medidas de aseguramiento deben adoptarse en los sitios donde conviven los miembros de una organización, cómo captar nuevos reclutas para realizar la yihad armada y una vez captados, consejos para que entre los miembros del grupo no se conozcan ni hablen para evitar ser detectados.
Este compendio de audios forma parte de un total de 38 que componen una serie denominada "Industria del Terrorismo" difundida entre los años 2010 a 2013 por "Al-Farj", entidad encargada de la difusión de propaganda de Al Qaeda y franquicias.
En la planta baja de su vivienda, donde las habitaciones de los niños y de las mujeres tenían cerraduras en las puertas para ser cerradas con llave desde fuera, fueron halladas unas dependencias que el acusado empleaba para formar, al menos, a sus propios hijos menores de edad, quienes no estaban escolarizados y a quienes educaba de conformidad con el ideario yihadista.
De hecho, entre los dispositivos electrónicos intervenidos fueron hallados 82 archivos de video de dibujos animados acerca de los orígenes del Islam y de la historia sobre Al-Andalus, todo ello según el ideario propio del Dáesh.
En unos de esos videos, titulado 'La conquista de Al Andalus', dirigido a menores de edad, las imágenes no tienen un contenido violento, si bien en el audio de fondo de los créditos finales se puede escuchar una llamada a la yihad para conquistar Al-Andalus.
En el móvil que usaba una de sus hijas había también 'anasheeds' (cánticos religiosos) en uno de los cuales se habla de la yihad y se hace una exaltación del del martirio.
La Fiscalía pide para él 8 años de cárcel por integración en organización terrorista, si bien, de no considerar el tribunal que los hechos se ajustan a dicho delito, plantea que de forma subsidiaria y se le condene a 6 años de prisión por captación y adoctrinamiento terrorista con pena de inhabilitación para ejercer un oficio relacionado con la educación, así como 5 años de libertad vigilada.EFE