Madrid, 13 feb (EFE).- La coordinadora general de Presupuestos del Ayuntamiento de Madrid, Elena Collado, ha justificado el precio que se pagó por cada mascarilla a Alberto Luceño y Luis Medina por la situación que se vivía en marzo de 2020 y porque entendió que la diferencia entre el precio de fábrica y el que abonaron se debía a que se incluían todos los costes, pero no comisiones.
La Audiencia Provincial de Madrid celebra este jueves la segunda de las siete sesiones previstas en el juicio a los empresarios Luceño y Medina -este último hijo del duque de Feria y Naty Abascal- en el que se enfrentan respectivamente a una petición de la Fiscalía de 15 y 9 años de cárcel por presuntamente estafar al Ayuntamiento de la capital en la compraventa de material sanitario en marzo de 2020, embolsándose una comisión de 6 millones.
La Sala escucha a una testigo clave, Elena Collado, que fue la encargada de negociar y cerrar los tres contratos investigados, por los que el Ayuntamiento pagó 11,9 millones de dólares (11,6 millones de euros) y los acusados se embolsaron seis.
Elena Collado, que sigue siendo coordinadora general de Presupuestos y Recursos Humanos del Consistorio, ha afirmado que se hizo cargo "de recoger y recopilar las necesidades del Ayuntamiento y buscar las mejores ofertas" en lo peor de la pandemia.
Ha precisado que ella no contrataba, ya que eso era competencia de la Empresa Mixta de Servicios Funerarios, y que no tenía experiencia concreta en contratos internacionales ni sabía inglés, aunque sí lo sabían miembros de su equipo.
Ha reconocido que "en alguna ocasión" le pidió a Luceño que le tradujera documentos algún documento.
El tribunal ha escuchado dos conversaciones entre Collado y Medina, aportadas por la defensa de éste al inicio del juicio, en el que Medina explica a la funcionaria que está intentando conseguir "una cantidad muy grande" de mascarillas de grafeno que "las están vendiendo entre 6 y 8 dólares en el mercado, pero en fábrica cuestan 2 dólares", y que si las consigue se las puede vender al Ayuntamiento, haciendo además una donación de 100.000 unidades.
Medina le asegura que esas máscaras "son la pera" y "las más seguras". "Son las Rolls Royce de las mascarillas", añade, explicándole que en ese momento las usaban el presidente de China, los miembros del Partido Comunista y los gobiernos de Malasia y Vietnam.
Tras escuchar este audio Collado ha explicado, a preguntas del fiscal, que lo que importaba al Ayuntamiento "es lo que nos iban a cobrar", el "precio unitario", que establecieron en un rango de entre 6 y 8 dólares por unidad, y por estas mascarillas se pagaron 6,6.
"No teníamos que pensar en otra cosa", ha añadido, explicando que ese precio de 6,6 dólares entendió que incluía "el margen comercial de la fábrica, con todos los costes de embalaje y distribución", pero no comisiones.
Preguntada sobre si no se planteó si había que pagar 6 dólares por mascarilla cuando fábrica valían 2, ha puesto como ejemplo que "si compras un traje en China y te lo manda Shein, seguramente valga un euro lo que le cueste a la fábrica y 15 lo que cueste en España".
Sobre las comisiones que luego supo que cobraron los procesados, ha explicado que creyó no era así porque así se lo dijeron Medina y Luceño.
"Me lo dijeron a mi personalmente ambos, en varias ocasiones", ha dicho, y por eso así lo reflejó en un correo que envió el 23 de marzo de 2020 a varias personas, en el que llegó a asegurar que ambos se merecían "una medalla".
Sobre esta frase ha afirmado que se trataba "de un momento en el que no teníamos prácticamente ninguna oferta y (ellos) se encargaron de buscar por tierra, mar y aire, entendí yo, material sanitario para nuestros funcionarios, a parte de donar".
La testigo ha incidido que durante sus conversaciones Luceño le trasladó que su voluntad era "ayudar a Madrid", ya que estaba "muy preocupado por lo que estaba pasando". "Yo siempre entendí que de manera altruista, de eso me intentaron convencer", ha añadido.
De haber conocido los pormenores de la operación "desde luego que hubiéramos replanteado la decisión”, ha indicado, si bien ha justificado que en aquel momento, en el que morían 300 personas al día, se necesitaba material "de una forma desesperada" para "proteger la vida de los empleados" públicos. EFE
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