Barcelona, 30 ene (EFE).- El director y productor de cine suizo Claude Barras, reconocido mundialmente por su éxito 'Ma vie de Courgette' (La vida de Calabacín), vuelve después de ocho años con otro filme hecho artesanalmente, 'Salvajes', una animación en 'stop-motion' sobre la explotación excesiva de los recursos naturales "sin los que no existiría la vida".
Influenciado por las historias de sus abuelos, que vivían en los Alpes suizos, sobre la vida autosuficiente y la naturaleza, y por el activismo de Bruno Manser, Barras crea un relato sobre la deforestación, que compromete el equilibrio ambiental del planeta y que amenaza la supervivencia de numerosas especies, en una película que se estrenará en cines el 7 de febrero.
"Es una reflexión sobre la cultura de mis abuelos y mis padres que quiero transmitir a mi hija, en medio de una modernidad que a veces nos corta las raíces y nos conduce al consumo de cosas nuevas", ha explicado a EFE el director.
La película se sitúa en Borneo, en el límite de la gran selva tropical, donde Keria acoge a un bebé orangután que encuentra en la plantación de palmas de aceite donde trabaja su padre, y, con la ayuda de su primo Selai y del simio, Keria luchará contra la destrucción del bosque, una aventura que le permitirá conectar con sus orígenes indígenas.
"La transmisión de un idioma, las tradiciones, la relación con otras formas de vida y la naturaleza a través de la familia y las generaciones" son los temas que aborda Barras en su película, que pretende reflexionar sobre los patrones de consumo global y, concretamente, del aceite de palma.
Este aceite es uno de los principales culpables de la explotación de bosques en Borneo, y un ingrediente omnipresente en productos industriales y ultraprocesados; la película tiene como objetivo hacer reconsiderar a los espectadores sus hábitos de consumo "como paso fundamental para reducir el impacto en el medio ambiente".
En el corazón de la selva tropical de la isla de Borneo, en el sudeste asiático, vive una comunidad indígena, protagonista de la película, los Penan, un pueblo nómada conectado con los ciclos naturales del bosque y su existencia.
A diferencia de las sociedades modernas, los Penan no tienen un asentamiento fijo y su estilo de vida se basa en desplazarse por diferentes áreas del bosque, estableciendo campamentos temporales que les permiten aprovechar los recursos naturales de manera responsable y sostenible.
La clave de su supervivencia y su impacto mínimo en el entorno se basa en su relación respetuosa con la naturaleza: tras cada campamento, los Penan dejan pasar el tiempo necesario para que el ecosistema se regenere y les vuelva a ofrecer frutos, garantizando así que su forma de vida no comprometa la riqueza de la selva, preservándola para generaciones futuras.
Para conseguir una representación auténtica de la vida de los Penan, Barras convivió durante diez días con una familia de esta comunidad nómada en la selva de Borneo.
Durante este período de inmersión, enriqueció su visión de 'Salvajes' y le permitió conectarse con la forma de vivir de la comunidad y observar sus tradiciones, como la creación de juguetes tradicionales, casas de madera y mochilas tejidas a mano.
Barras, impresionado por la autenticidad y el simbolismo de estas prácticas, decidió incorporar estos objetos en la película, y confió a los Penan la creación de las bolsas y las cerbatanas en miniatura que aparecen en el filme, aportando un toque de realismo "que conecta la ficción con la realidad cultural de los Penan". EFE