Zaragoza, 29 ene (EFE).- La renuncia de Javier Lambán a su acta de senador pone fin a una larga trayectoria política que le llevó a auparse en 2012 a la Secretaría General del PSOE en Aragón y a presidir tres años después el Gobierno aragonés, con un partido prácticamente sin fisuras en el entorno regional que comenzó a resquebrajarse con la llegada de Pedro Sánchez a la cúpula socialista.
Su decisión se produce apenas dos días después de que la ministra Pilar Alegría haya sido confirmada como su sucesora al frente de la dirección del partido en la comunidad al ser la única candidata, a la que felicitó públicamente con un lacónico mensaje en la red X: "Acabo de dar la enhorabuena a Pilar Alegría por su proclamación como nueva secretaria general del PSOE-Aragón".
Un mensaje que reflejaba, según fuentes próximas al secretario general saliente, las tensas relaciones que mantuvieron ambos por sus distintas posiciones en torno a las alianzas forjadas por Pedro Sánchez al frente del Gobierno.
"Lambán ha cumplido con lo que anunció cuando fue designado como senador autonómico por Aragón, que dejaría este puesto cuando hubiera una nueva dirección en la dirección regional, y así ha sido", han añadido estas fuentes.
A Javier Lambán, sus continuos pronunciamientos en contra del independentismo catalán le causaron numerosos problemas que se prolongaron a lo largo de sus ocho años al frente del Gobierno aragonés.
También en su puesto más cómodo como senador, ya que fue expedientado por su propio partido por no votar a favor de la Ley de Amnistía.
Una ley contra la que ya se había pronunciado anteriormente, así como también a la concesión a Cataluña de una financiación "a la carta" que consideraba, al igual que para otros barones díscolos, negativa y perjudicial para el resto de las comunidades autónomas.
Esta opinión también fue motivo de enfrentamientos cuando al frente del Gobierno aragonés se pronunció en contra de la candidatura de Cataluña a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030 al considerar que Sánchez no había cumplido su compromiso de apoyar una candidatura igualitaria con Aragón.
Lo cierto es que el ya exlíder del socialismo aragonés no dudó hasta el final en posicionarse contra la actual deriva de su partido, como cuando aseguró que debía haber sido el expresidente socialista de Asturias Javier Fernández quien sucediera a Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del PSOE.
“Con Javier Fernández al frente del PSOE le habría ido mejor a este país y a mi partido”, subrayó.
Esta postura, junto a declaraciones en las que ha cuestionado la idoneidad de Pilar Alegría por su mayor vinculación con Madrid que con Aragón, le volvieron a generar problemas hasta el final de la pasada legislatura.
El debilitamiento de sus posiciones frente a Ferraz y una prolongada enfermedad que le llevó a pasar dos veces por los quirófanos le llevaron a apartarse progresivamente de la vida política y a dar paso a nuevas opciones, confiando en que sus sucesores naturales, entre otros Darío Villagrasa, tomaran las riendas del partido.
Villagrasa, sin embargo, renunció a su candidatura días atrás, tras constatar la pérdida de apoyos frente a la opción de la ministra y portavoz del Gobierno.
Apartado de la actividad orgánica del partido, en noviembre del año pasado decidió no asistir al 41 Congreso del PSOE en Sevilla, cuando se afianzó, como era esperado, Pedro Sánchez como líder del partido.
Javier Lambán Montañés comenzó en 1983 su actividad política en su localidad natal, Ejea de los Caballeros (Zaragoza), de la que fue alcalde de 2007 a 2014, además de presidente de la Diputación de Zaragoza desde 1999 hasta 2011, y diputado en las Cortes de Aragón desde ese año.
Nació el 19 de agosto de 1957 y es licenciado en Geografía e Historia, estudios que comenzó en la Universidad de Zaragoza y terminó en la Universidad Central de Barcelona en 1974.
Durante su etapa universitaria participó de forma activa en el movimiento estudiantil, militó en grupos de ideología libertaria y desde 1983 es afiliado del PSOE y de la UGT.
Según confesó, es un republicano convencido y admirador de políticos como Manuel Azaña, Indalecio Prieto y Felipe González, de Carlos Gardel y, por encima de todo, de dos cantautores catalanes: Lluís Llach y Joan Manuel Serrat, del que se considera amigo. EFE