José Miguel Blanco
Madrid, 28 ene (EFE).- La montaña rusa a la que se asemeja la presente legislatura ha situado este martes a Pedro Sánchez en lo más alto del recorrido después de haber llegado a un acuerdo con Junts para sacar adelante gran parte de las medidas que incluía el real decreto ómnibus rechazado la semana pasada por el Congreso.
Apenas veinticuatro horas antes, ese acuerdo se veía muy lejano. Incluso desde Moncloa se deslizaba que no había previsión alguna de que pudiera conseguirse de inmediato y, por lo tanto, no estaba sobre la mesa aprobar un nuevo decreto en la reunión del Consejo de Ministros de esta semana.
Pero fiel al guion de imprevisibilidad al que parece abonado el presidente del Gobierno y tras unas largas negociaciones con el partido de Carles Puigdemont, el pacto vio la luz, y el decreto, también.
"No damos un partido por perdido. Sudamos la camiseta hasta el final, y al final, las cosas salen", ha comentado un Sánchez evidentemente satisfecho aunque haya tenido que hacer algunas cesiones a Junts.
En el Gobierno se recalca que la negociación con esta formación ha sido intensa en los últimos días, y que incluso cuando se comentaba que prácticamente no había esperanzas de un acuerdo inminente, se hacía para evitar la presión y convencidos de que sí había mimbres para lograrlo.
Quitan hierro al hecho de que el decreto no incluya finalmente asuntos de carácter tributario que se negociarán aparte más adelante. Es decir, que al final haya habido que admitir un troceo de parte de las medidas.
También restan importancia a que, pese a ser partidarios desde el principio de impedir la tramitación de la proposición no de ley de Junts que pedía a Sánchez someterse a una cuestión de confianza, la iniciativa vaya a aceptarse por la Mesa del Congreso.
Pero con las suficientes garantías de que Junts va a reformular la proposición y que, pase lo que pase en su tramitación parlamentaria, no desembocará en una cuestión de confianza que el presidente del Gobierno ha vuelto a descartar.
Por tanto, dibujan un balance muy positivo de la negociación tanto para el Gobierno como para los colectivos que se van a ver beneficiados por las medidas que quedaron la semana pasada en un compás de espera, como la revalorización de las pensiones o las ayudas por la dana o al transporte.
Sánchez prometía el pasado domingo sacar votos "hasta debajo de las piedras" para que esas medidas salieran adelante. Y lo ha conseguido pactando con Junts, convertido una vez más en una auténtica piedra de toque para apuntalar los argumentos del presidente de que agotará mandato, que no se plantea otro horizonte que no sea 2027.
El acuerdo ha insuflado además ánimos a quienes en la parte socialista del Gobierno dudaban de la versión oficial de que era posible aprobar este año unos nuevos presupuestos.
Cuando el pasado miércoles se escuchó a Sánchez afirmar en Davos que se sentía "muy cómodo" con las actuales cuentas del Estado, parecían sombrías las expectativas de lograr los apoyos necesarios para unas nuevas.
Pero después de amarrar el respaldo de Junts al nuevo real decreto ley y de que la formación independentista haya dado por descongeladas las negociaciones sectoriales con el PSOE, se han reavivado las esperanzas socialistas para pactar unos presupuestos que llevarían prácticamente aparejada la garantía de que se agotará la legislatura.
Sánchez no ha querido en esta jornada ir tan lejos. Ha evitado entrar en futuribles respecto a la negociación presupuestaria y se ha limitado a ponerse en modo Simeone: "partido a partido".
Algunos partidos se antojan especialmente largos, y el de los presupuestos lo será sin duda, con incógnitas como si para ello Sánchez tendrá que hacerse la foto que busca Puigdemont con él y de la que el presidente del Gobierno, cuando siempre se le ha preguntado por ella, no ha renegado pero sin poner una fecha.
Ese es otro capítulo. El de este martes se ha cerrado de la forma a la que el presidente del Gobierno se ha acostumbrado: en el último minuto, casi por sorpresa y, como dice, con la camiseta sudada.
"Al final -ha afirmado Sánchez-, las cosas suceden". Y lo que ha sucedido es que ha superado otro ejercicio de funambulismo. EFE