Madrid, 27 ene (EFE).- La mujer del expresidente de Sacyr Luis Del Rivero, Natividad Martínez, ha relatado que el tráfico de llamadas a y desde su teléfono que el excomisario José Manuel Villarejo incorporó a los encargos que realizó para Repsol y CaixaBank incluía comunicaciones con su marido, sus hijos, sus hermanos y hasta su peluquera.
"No sé qué interés había de meterse en mi intimidad", ha lamentado Martínez en la sesión de este lunes, en la que ha testificado, asimismo, el que fuera responsable de la seguridad del edificio de Sacyr Rodrigo Álvarez, que ha negado cualquier tipo de amistad con el entorno de Villarejo, y ha cuestionado la veracidad de las anotaciones que éste realizaba en su agenda.
La declaración de Álvarez, quien ha contado que era "el escolta, algunas veces, del señor don Luis (del Rivero)", se ha centrado en aclarar de quién partió la iniciativa de su encuentro con Villarejo.
Durante el interrogatorio de Fiscalía, ha asegurado que "a finales de 2011" recibió una llamada del exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía Nacional Enrique García Castaño para que acudiera a su despacho. "No le había dado mi teléfono así que lo localizará él por los medios que tenía", ha proseguido.
Una vez allí, García Castaño le contó "una película un poquito desagradable", que Del Rivero estaba siendo "controlado por ciertas personas", y que hablara con Villarejo "porque él disponía de toda la información".
De acuerdo con Álvarez, ya en la reunión con el excomisario, éste le aseveró que le había citado porque era "tronco" del exjefe de seguridad de BBVA Julio Corrochano (involucrado en otra pieza del caso Tandem), ya que tanto el banco como Sacyr velaban por la protección de la zona de Azca, donde ambas compañías tenían sede.
"Me empieza a contar: a tu jefe le están siguiendo", ha apuntado ante la sección cuarta de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, donde ha expresado que Villarejo le "contó cosas rarísimas" y señaló a dos empresas, "La Caixa y Repsol".
Poco después, a los "tres o cuatro días", le hizo entrega de una información con la condición de que fuera "muy prudente" con ella y se la hiciera llegar a Del Rivero. A la pregunta de qué instrucción le dio el empresario al respecto, Álvarez ha insistido en que le pidió que se retirara y no volviera a contactar "con estos señores".
El exresponsable de seguridad del edificio de Sacyr, que fue policía nacional hasta 2006 cuando pasó a segunda actividad, ha admitido que, tras ello, llamó "una vez o dos" al excomisario cuando había pasado tiempo para "tenderle una trampa"; sin embargo, no consiguió hablar con él.
En este punto, las defensas han sacado a colación las anotaciones que Villarejo realizó en sus agendas, las cuales hablarían de "multitud de contactos" entre ambos, un extremo que el testigo ha negado en rotundo.
También ha rechazado que fuera amigo de García Castaño, contradiciendo la versión del exjefe de la UCAO, que en fase de Instrucción indicó que Álvarez le pedía "constantemente" favores, tanto personales como para proteger a un Del Rivero "obsesionado" con la seguridad.
"Del Rivero era muy discreto, nunca me ha comentado nada", ha puntualizado Álvarez, que ha calificado de "falsedad" que se haya dicho que él reclamó ayuda a García Castaño para renovarse el pasaporte, cambiar de destino a su hija o proteger la casa del expresidente de Sacyr.
A lo largo de la mañana también ha testificado el exsecretario del Consejo de Administración de Sacyr Vicente Benedito, que propuso a Rodrigo Álvarez para la seguridad de Del Rivero cuando éste sufrió amenazas de ETA porque era una "bellísima persona, un gran profesional y muy eficiente".
Benedito, cuyo tráfico telefónico figura en los trabajos de Villarejo, ha indicado que "en un 90 %" las llamadas que ahí aparecen pertenecen a sus hijos, su mujer, sus cuñados, sus amigos, el veterinario y amigos del colegio.
Esta pieza separada sobre los negocios del excomisario investiga el 'proyecto Wine', sobre la presunta contratación, en 2011 y 2012, de empresas de Villarejo para investigar el intento de toma de control de Repsol por parte de Sacyr y Pemex.
"Desde mi punto de vista como conocedor del mundo financiero, (el pacto) era muy ventajoso para Pemex, Sacyr, La Caixa y Repsol", ha defendido Benedito.
La Fiscalía Anticorrupción pide 40 años de cárcel para el excomisario; 32,5 para Rafael Redondo; 28 para Rafael Araujo; 21 para el que fuera su 'número dos', Rafael Girona, y otros 21 para Miguel Ángel Fernández Rancaño.
El Ministerio Público atribuye delitos de cohecho pasivo, cohecho activo, descubrimiento y revelación de secretos de particulares con difusión a terceros cometidos por funcionario público, descubrimiento y revelación de secretos de particulares y falsedad en documento mercantil. EFE