Madrid, 17 ene (EFE).- Expertos del ámbito universitario avisan de que la transferencia de conocimiento académico innovador no acaba de llegar a las empresas y que la cooperación entre ambos tiene mucho camino por recorrer.
El último informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD) señala que las universidades y otros centros de enseñanza superior continúan sin ser los socios principales de las empresas para la innovación.
El porcentaje de empresas que optan por las universidades como socios preferentes para la innovación ha disminuido y ha pasado del 25,5 % en 2018 al 20 % en 2022.
"La capacidad de interactuar con el sector privado es todavía deficiente y la culpa es doble, por un lado tenemos un tejido empresarial de micropymes que lo dificulta y por otro lado la carrera universitaria se basa cada vez más en publicar", señala el vicepresidente de la Conferencia de Rectores de Universidades de España (CRUE), José Antonio Mayoral, durante la presentación del informe CYD 2024.
También el profesor emérito de la Universidad de Oviedo Juan Vázquez, expresidente de CRUE, coincide en que la transferencia de conocimiento a la empresa "es una asignatura pendiente" y se pregunta si la universidad no ha pasado de la "meritocracia a la meditocracia", donde "todo se mide para ser competentes, además de competitivos".
En este sentido, la Fundación CYD señala que para asegurar la relevancia social del conocimiento generado por las universidades "es fundamental explorar nuevas vías de transferencia" a las empresas.
La creación de plataformas digitales, como marketplaces de innovación abierta, la promoción de espacios físicos que congreguen bajo un mismo techo a varios actores, o las iniciativas de ciencia ciudadana que ofrecen la oportunidad de involucrar a la sociedad en los procesos de investigación, son algunas pautas que recomiendan.
"Es necesario revisar los criterios de evaluación del profesorado. Quizás ha llegado el momento de considerar la creación de itinerarios de especialización dentro del Profesorado Docente Investigador, permitiendo a cada cual centrarse en aquellas áreas donde pueda aportar mayor valor para la sociedad", puntualiza el informe elaborado por esta entidad.
Los últimos datos apuntan a que la colaboración de las universidades con la Administración Pública o los institutos públicos de investigación ha descendido al 12,6 % en 2022 desde el 17,4 % del 2020.
Y la creación de spin-offs (empresas en el entorno de la institución académica) ha bajado a las 61 de las 93 del 2017.
Además aunque la financiación privada de la I+D universitaria ha aumentado el 12,4 % siendo mayor en las universidades públicas (10 %) que en las privadas (8,7 %), a escala internacional la media de España del 5,3 % está por debajo de la media de la UE (7 %) y de la OCDE (6,3 %).
Antonio Abril, presidente de la Conferencia de Consejos Sociales de las Universidades de España recuerda que si los universitarios "tiraron de la sociedad" en los años 70, ahora "es la sociedad la que debe tirar de la universidad".
"Estamos muy lejos de una cooperación real entre la universidad y la empresa", incide tras reiterar que "seguimos suspendiendo en convertir la mucha y muy buena investigación que se hace en las universidades en creación de puestos de trabajo".
Este es otro dato que destaca la Fundación CYD: la baja proporción de investigadores que están empleados en el sector privado.
En 2021, en España el 39,17 % de los investigadores estaban desarrollando su actividad en una empresa frente al 56,13 % del promedio de la UE-27.
Eso sí la producción científica con colaboración empresarial es alta: 21 de las 76 universidades que analiza el informe supera la media nacional de documentos en colaboración con empresas.
El grupo Antolín, empresa de componentes de automoción, se erige como un caso de éxito en el binomio empresa-universidad.
La vicepresidenta de la compañía burgalesa, Emma Antolin, recuerda que su padre supo estar en contacto "permanente" con la Universidad de Burgos cuando empezó su negocio y "hablaba directamente con los investigadores para aplicar luego su trabajo a la empresa".
"Si se trabajara más con la universidad seríamos un país mas puntero", incide en las mismas jornadas de debate en las que recalca que la educación superior sigue siendo esencial para los trabajadores senior que deben adaptarse a las nuevas demandas del mercado.
En la actualidad la mitad de los empleados de Antolin con estudios universitarios ha obtenido su titulación en la Universidad de Burgos. EFE
(Recursos de archivo en www.lafototeca.com cód 22168524 y otros)