Madrid, 15 ene (EFE).- El catedrático de Salud Pública de la Universidad de Navarra, Miguel Ángel Martínez-Gonzaléz, considera que el uso de móviles con conexión a internet debería ser a partir de los 18 años y desde los 16 si es un teléfono sin datos, una medida para frenar el daño a la salud mental de los menores que están provocando las redes sociales y la pornografía.
"La edad para acceder a un teléfono móvil inteligente son los 18 años, la misma que para conducir", insiste, y pide al Gobierno que "prohíba el uso de móviles por debajo de los 16 años", como ya han reclamado grupos de expertos, porque "hay más locos en internet que en las autopistas".
En una entrevista con EFE, Martínez-González profundiza en otras acciones, como un toque de queda digital nocturno, el ejemplo de los padres o la desintoxicación digital, y que propone en su libro "Doce soluciones para superar el reto de las pantallas" (Editorial Planeta) para combatir las adicciones que generan.
Una de las adicciones más preocupantes a través de internet es la pornografía, a la que los menores pueden acceder libremente. "No puede haber pornografía gratuita y si hay una empresa que lo hace se le multa a lo grande, se está siendo demasiado blando con esto. Además, las webs de pornografía deben tener la extensión XXX que facilitaría a los padres filtrar con sistemas de custodia parental".
El también catedrático visitante de la Universidad estadounidense de Harvard opina que los padres no son conscientes de la facilidad con la que sus hijos e hijas pueden acceder a una pornografía "cada vez más extrema" y, especialmente las chicas, están en riesgo "de ser atacadas y chantajeadas por depredadores sexuales".
La factura que pasa la pornografía a los menores es que "incrusta en sus cerebros unos códigos de conducta en la sexualidad equivocados, que no respetan a la mujer".
"Este acceso masivo desde la más tierna juventud a la pornografía es la gasolina que propaga las manadas y las agresiones a las mujeres", alerta.
Las pantallas de ocio son altamente adictivas, como lo es el tabaco, según el autor, y los menores de 18 años "no tienen la corteza prefrontal" del cerebro preparada para competir con esos algoritmos de inteligencia artificial que les enganchan como una droga.
El resultado es una epidemia de salud mental entre los más jóvenes: depresión, ansiedad, anorexia nerviosa, déficit de atención, autolesiones y suicidios. Algo que incide especialmente en la generación Z (nacidos a partir de 1995), "la más depresiva de la historia y va a ir a más", asegura el doctor.
Ante esta situación propone medidas en los hogares como quitar los móviles a los menores, "es lo más difícil", imponer un toque de queda digital nocturno; aparcar y no tocar los dispositivos de toda la familia, incluso meterlos en cajas de bloqueo con temporizador (utilizar el teléfono fijo o un móvil sin datos para recibir llamadas de emergencia), desactivar las notificaciones; o prohibir el uso de dispositivos en dormitorios o baños, entre otras.
Pero el punto de partida es que los padres ganen autoridad moral frente a sus hijos practicando con el ejemplo: "los chavales tienen que ver que los padres no están controlados por el móvil, que lo aparcan y no pasa nada".
Martínez-González, autor también de "Salmones, hormonas y pantallas" y de "¿Qué comes?", ha liderado grandes estudios epidemiológicos como el Predimed, sobre los beneficios de la dieta mediterránea. EFE
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