Naciones Unidas, 9 ene (EFECOM).- América Latina y el Caribe afronta 2025 con un panorama económico moderadamente optimista, según el informe "Situación y Perspectivas Económicas Mundiales 2025" de la ONU, dado a conocer hoy, que prevé que el crecimiento regional aumente del 1,9 % en 2024 a un 2,5 % en 2025, un leve repunte impulsado por una mejora en el consumo privado, políticas monetarias más relajadas y un crecimiento más robusto de las exportaciones.
Sin embargo, la región sigue afrontando retos estructurales. La desaceleración del crecimiento del PIB per cápita durante la última década ha obstaculizado los avances en la reducción de la pobreza extrema y la desigualdad. Aunque la inflación está disminuyendo gradualmente, se mantiene alta en algunas economías clave, lo que representa un desafío continuo para los hogares más vulnerables.
El crecimiento del comercio internacional, particularmente en sectores como el agrícola y el de manufacturas, contribuirá al repunte de las economías latinoamericanas. En países exportadores de materias primas, como Brasil y Argentina, se espera que las mejoras en los precios de exportación impulsen los ingresos fiscales y la inversión en infraestructura.
No obstante, el acceso a financiación internacional sigue siendo un reto para muchos países de la región. El informe admite que la deuda externa y los altos costes de servicio de esta limitan la capacidad de los gobiernos para invertir en desarrollo sostenible y adaptación climática. Además, la necesidad de aumentar la competitividad industrial sigue siendo una prioridad para promover un crecimiento más inclusivo y sostenible.
El informe señala que el empleo en la región ha mostrado signos de recuperación, principalmente en el sector informal. Las altas tasas de desempleo juvenil y la falta de trabajos de calidad continúan siendo problemas críticos. En México y Colombia, la informalidad laboral representa una barrera importante para mejorar las condiciones de vida de amplios segmentos de la población.
Brasil muestra una situación más positiva, con tasas de desempleo en su nivel más bajo en una década, gracias a un aumento en el consumo interno y a reformas económicas que han incentivado la inversión privada.
El impacto del cambio climático sigue siendo una preocupación para la región. Los desastres naturales, como huracanes y sequías, han dañado la producción agrícola y la seguridad alimentaria en varias naciones del Caribe y Centroamérica. Además, el informe advierte de que el ritmo de adopción de tecnologías limpias y la inversión en infraestructuras sostenibles son insuficientes para alcanzar las metas de desarrollo sostenible establecidas por las Naciones Unidas.
Para afrontar estos retos, los gobiernos de la región han comenzado a implementar políticas dirigidas a fomentar la inversión en energías renovables y a fortalecer la resiliencia frente al cambio climático. Programas de colaboración regional, como los promovidos por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), buscan aumentar el financiamiento para proyectos verdes y mejorar la integración económica.
Aunque las proyecciones para 2025 indican una mejora en el crecimiento económico, el documento reconoce que este ritmo será insuficiente para abordar los problemas estructurales de la región. Por ello se recomienda adoptar estrategias más integrales que combinen reformas fiscales, incentivos para la inversión privada y políticas de inclusión social.
Asimismo, el informe hace un llamamiento a fortalecer la cooperación internacional para abordar la deuda externa y garantizar un acceso equitativo a la financiación para el desarrollo sostenible. La región también deberá priorizar la educación y la formación técnica como herramientas clave para acometer los desafíos del mercado laboral y promover la innovación. EFE