Madrid, 9 ene (EFE).- El bailaor, Eduardo Serrano Iglesias, El Güito, ha fallecido esta noche en Madrid, según han informado fuentes cercanas a la familia, que se han acercado al Tanatorio de El Escorial de Madrid a dar su último adiós al bailaor.
El Güito (Madrid, 1942), Medalla de Oro a las Bellas Artes 2015, ha sido uno de los representantes del flamenco clásico en el que destacó por su colocación y su zapateado.
El bailaor recordaba, durante uno de sus homenajes, que cuando se subía a un escenario quería hacer "una historia bonita, ahora se zapatea mucho".
"He vivido para este arte, ha sido mi vida", donde tuvo como buenos amigos a Farruco o Manuela Vargas.
Durante sus sesenta y cinco años en el flamenco reconocía haber vivido épocas muy buenas. Una etapa que echaba de menos, llena de vivencias y viajes, rodeado de amigos y haciendo lo que más quería, bailar.
Se subió al escenario con cuatro años en una película, a los 14 comenzó su andadura profesional y a los 18 años ya era reconocido como bailarín revelación, según cuenta en el libro que escribió sobre él, José Manuel Gamboa, '¡La cabeza del flamenco!'.
Un momento en el que las crónicas de la época le alababan por su trabajo en el Ballet de Pilar López, donde comenzó su carrera junto a compañeros a Antonio Gades, Mario Maya o Curro Vélez donde estuvo hasta 1959.
Unos años después, en el seno de la misma compañía, obtuvo el prestigioso Premio Sara Bernard del Teatro de las Naciones de París.
La Quica y Antonio Marín figuraban entre sus maestros. A principios de los setenta, junto a Mario Maya y Carmen Mora, formó el Trío Madrid y como artista invitado formó parte de las giras del Ballet Nacional y de la compañía de Manuela Vargas.
Creó montajes como Raíces Gitanas, Flamenco Puro y realizó su personal homenaje a Carmen Amaya, en el que una personal interpretación de la soleá está para muchos inscrita en la historia del flamenco.
Hace dos años, la quinta edición de Flamenco Real, el espacio que el Teatro Real dedica al flamenco, le rindió homenaje. Para Aurelio Solana, presidente de Solana, coproductora de estos espectáculos, le calificó "como uno de los padres de la soleá", un artista que significaba la contribución de Madrid al flamenco, "con sobriedad, sin aspavientos".
En ese momento, Solana reseñó que el legado de 'El Güito' había sido "inmenso".
En ese mismo acto, el bailaor Antonio Fernández Montoya, El Farru, recordaba que cuando en su casa -sede de una larga saga de bailaores que comenzó con Farruco- se hablaba de El Güito se mencionaba la posición de su cabeza, "nadie la movía como él. Esos pequeños detalles son los que definen al artista".
El artista se lamentaba de lo poco que las instituciones cuidaban el flamenco y comentaba con pesar su falta de visibilidad.
"Se están olvidando de él -decía en referencia a los políticos-. Cuídenlo, coño", sentenciaba. EFE