Pamplona, 08 ene (EFECOM).- "Tenemos mucho que ofrecer" y por ello el objetivo del Gobierno de Navarra para la reunión que este viernes mantendrá en Madrid con, entre otros, los interlocutores de la multinacional BSH, es "revertir la decisión unilateral y no dialogada previamente" de cerrar su planta de Esquíroz.
Con 655 trabajadores, la planta cerraría en 6 meses, según anunció hace varias semanas la multinacional, dos de cuyos representantes acudirán este viernes al Ministerio de Industria y Turismo para reunirse con su titular, Jordi Hereu, así como con la presidenta navarra, María Chivite, y dos de sus consejeros, Mikel Irujo y Carmen Maeztu, entre otros.
Al respecto, tras la sesión semanal de Gobierno, el consejero de Industria, Mikel Irujo, se ha mostrado en rueda de prensa firme en defender las ventajas que puede ofrecer Navarra, por la fortaleza de su tejido industrial, a la hora de convencer a la dirección de BSH "con capacidad de decisión", aunque ha insistido en mostrar su "malestar" por no haber existido ningún contacto previo.
Ha recordado que el Gobierno foral comenzó ya en mayo del pasado año a interesarse por la situación de la planta y mantuvo reuniones entonces tanto con el Comité de Empresa como con la dirección de BSH Esquíroz, a la que transmitió el deseo de contactar de forma directa con responsables de la matriz, ubicada en Muchich (Alemania), algo que "nunca se llegó a concretar".
De ahí la sorpresa y el "profundo malestar" con los que el Gobierno foral ha recibido la comunicación, el pasado 16 de diciembre y por correo electrónico, de la decisión de cierre de la planta, "unilateral y sin amago de diálogo previo", con trascendencia "de enorme gravedad" y que por ello precisa del "apoyo" del ministerio de Industria.
El principal objetivo con el que el Ejecutivo foral acude a esta reunión del viernes es "tratar de revertir esa decisión de cierre unilateral", con argumentos como que la de Esquíroz "es una fábrica que nunca ha entrado en pérdidas económicas" que puedan justificarla.
Además, la planta se encuentra ubicada en "un ecosistema enormemente valorado", como es el navarro, "uno de los territorios europeos con mayor índice de producción industrial, con una "tasa récord" de empleo industrial (85.000 personas el año pasado), dotado con un tejido de centros tecnológicos y que el año pasado "rompió sus expectativas de crecimiento".
"Les vamos a trasladar que tenemos mucho que ofrecer", entre otras cosas "una mayor competitividad en comparación con el norte de Europa", ha dicho un Irujo consciente de que BSH está "en un momento de reorganización" pero "prudente" todavía con los argumentos a la espera de que la dirección matriz plantee las causas del cierre, sobre las que todavía no se les ha informado pero que "no es por causas económicas".
También ha insistido en posicionar al Gobierno "siempre al lado de los trabajadores de BSH", en "diálogo fluido" con el comité y con la dirección de la planta navarra, para "jugar todas las cartas que nos tocan" al afrontar "una situación que esperamos sea reversible".
Y al respecto el consejero ha lanzado un mensaje contra "ciertas informaciones que son falsas" y que ha atribuido expresamente a UPN y PP, por culpar de la situación a la supuestamente perjudicial fiscalidad navarra, "cuando desde 2018 sabíamos que BSH tributaba en Aragón".
SObre este mismo asunto, Irujo ha defendido que frente a las cien empresas que se disolvieron en Navarra el pasado año se crearon 900, "datos que reflejan que 2024 fue un año dinámico, con un crecimiento de casi el 3 %", ha subrayado. EFECOM
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