Ana María Matute, un centenario en defensa de la imaginación a ultranza

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Magdalena Tsanis

Madrid, 7 ene (EFE).- Una exposición en el Instituto Cervantes y la reedición de algunas de sus novelas más importantes conmemoran en este 2025 el centenario de Ana María Matute, una de las grandes escritoras españolas contemporáneas, defensora de la imaginación a ultranza y con una mirada única sobre la infancia y la adolescencia.

Frente al auge de la autoficción y de la escritura autobiográfica de los últimos años, la obra de Matute (Barcelona, 1925-2014) se regodea en la fantasía a la vez que retrata el difícil mundo que le tocó vivir, el de la guerra y la posguerra española.

"Tenía esa duplicidad que, a veces, en su época no se entendió porque se salía de los límites de lo que se escribía entonces", ha señalado a EFE la editora y filóloga María Paz Ortuño, comisaria de la exposición 'Ana María Matute. Quien no inventa no vive', inaugurada en septiembre pasado y que podrá verse hasta febrero en la sede del Cervantes.

Ganadora del Premio Cervantes en 2010 y académica de la RAE desde 1996, Matute escribió su primera novela a los 17 años, 'Pequeño teatro', una historia sobre un mundo fantástico de títeres movidos por emociones humanas que publicó ocho años más tarde y con la que obtuvo en 1954 el Premio Planeta; fue la primera mujer en hacerse con ese galardón.

Es autora de títulos imprescindibles como 'Olvidado Rey Gudú', 'Aranmanoth', 'Los soldados lloran de noche', Premio Fastenrath de la Real Academia Española; 'Los Abel', 'Fiesta al Noroeste', premio Café Gijón; 'Los hijos muertos', premio de la Crítica, en 1958 y Premio Nacional de Literatura en 1959 o 'Primera memoria', premio Nadal en 1959.

Con la reedición de esta última, que sale a la venta este miércoles 8 de enero, con prólogo de Inés Martín Rodrigo, la editorial Destino arranca la conmemoración del centenario, una novela por la que declararon su amor autores como Juan Marsé, Enrique Vila Matas, Mario Vargas Llosa o Julio Cortázar.

Narra el tránsito de la infancia a la adolescencia de Matia y su primo Borja, que viven en su mundo propio, en casa de su abuela, con el trasfondo del estallido de la Guerra Civil. Y es la primera entrega de la trilogía 'Los mercaderes', que también se reedita ahora completa en un solo volumen.

Para Ortuño, amiga de la autora catalana durante sus últimos 35 años, su mirada sobre la infancia y la adolescencia es una de sus grandes aportaciones a la literatura.

"No es que escriba para niños, a ella le daba muchísima rabia que dijeran que era una autora para niños", resalta la comisaria, que considera que lo que hace Matute es poner en un primer plano ese periodo de la vida que solía estar relegado.

"Y luego esos adolescentes que están en un mundo de nadie, que no son niños, no son adultos, son náufragos de la vida".

El humor y la preocupación por los más débiles y los marginados también están presentes en su obra. Matute sentía predilección por 'Olvidado Rey Gudú' (1996), ambientada en la época medieval y en la que entretejía elementos de la literatura fantástica, de los libros de caballería y de los cuentos de hadas.

Solía decir que todo estaba en los cuentos infantiles clásicos, que hunden sus raíces en la Edad Media: la marginación de la mujer en 'La Bella Durmienta' o el hambre del campesino en 'Hansel y Gretel' y 'Pulgarcito'.

Para descubrirla, Ortuño recomienda empezar por la colección de relatos cortos 'Los niños tontos' y después 'Primera memoria', aunque su favorito son "Los hijos muertos", uno de los hitos de su carrera. "Se aprende más de la historia de España leyendo a Ana María que leyendo libros de Historia", subraya.

La exposición del Cervantes es otra forma de acercarse a su universo. Hay textos inéditos, fotografías y manuscritos, desde su primera a la última palabra escrita. Está la libreta en la que escribió a mano 'Pequeño teatro' y que presentó en la editorial, donde le dijeron que la pasara a máquina y volviera.

Y también la última palabra en la hoja de su máquina de escribir: Mada, la tata de su novela inacabada 'Demonios familiares'.

La exposición, en la que se está trabajando para que viaje a Barcelona, según Ortuño, también resalta su postura contra la censura, que padeció y la autocensura, que combatió. Y permite descubrir su faceta de dibujante e ilustradora. EFE

(Recursos de archivo disponibles en www.lafototeca.com, códigos: 22278927, 22278922, 4020860, 4020858 y otros)

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