Redacción deportes, 5 ene (EFE).- El chef catalán Nandu Jubany, que regresa este año al Rally Dakar después de un paréntesis de 6 años y en la que compite en coches tras su paso en motos, se mostró satisfecho por la progresión de su buggie T2 en la categoría ultimate, con Marc Solà como copiloto,
Destaca la mejoría después de ser el 48 en el prólogo del viernes, el 38 el sábado y este domingo el 34 en la primera parte de la jornada de 48 horas con más de 900 kilómetros de recorrido cronometrados.
Jubany y Solà lograron pasar por el punto de control ubicado en el kilómetro 580 y harán noche en el segundo campamento más avanzado, en el 608, “un éxito teniendo en cuenta que tan solo 27 pilotos han logrado alcanzar el primer bivouac”.
En este segundo campamento pasarán la noche bajo las estrellas, sin su motorhome, junto a otros diez coches, entre los que se encuentra Isidre Esteve y su copiloto Txema Villalobos, también del KH-7.
La etapa empeñó muy bien para Jubany, que cogió un gran ritmo de carrera y logró avanzar a varios pilotos, pero el mayor desafío vino en las dunas, que les costó superarlas y ahí perdieron algo de tiempo.
A partir del kilómetro 412, y después de repostar, Jubany recuperó fuerzas y volvió a sentirse fuerte. “Los últimos kilómetros los hicimos con escasa visibilidad, pero ya estamos listos para afrontar la segunda parte de la crono de 48 horas”, aseguró Jubany.
En total les queda algo más de 300 kilómetros cronometrados y la buena noticia es que el coche no ha sufrido ningún percance ni pinchazo en esta segunda etapa. EFE
jmd/sab
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