La presidenta del Govern, Marga Prohens, de las Illes Balears, Margalida Prohens, y el resto de miembros del Ejecutivo, ha expresado su pésame por el fallecimiento de Francesc Antich Oliver.
Nacido en Caracas en 1958, licenciado en Derecho y militante del PSIB, Antich fue alcalde de Algaida de 1991 a 1997, diputado en el Parlament y conseller insular de Medio Ambiente en el Consell de Mallorca de 1995 a 1999; presidente del Govern de 1999 a 2003, diputado por Baleares en el Congreso de los Diputados de 2004 a 2007, presidente del Govern por segunda vez de 2007 a 2011, senador autonómico de 2011 a 2019, y presidente de la Autoridad Portuaria de 2020 a 2022.
Antich se convirtió en una figura clave en la política del archipiélago y en el desarrollo de su autonomía, siendo presidente del Govern en el momento en que, con la transferencia de la competencia de Sanidad a la Comunidad, se culminó el desarrollo competencial previsto en el primer Estatut d'Autonomia, y siendo líder de la oposición en el momento en que se negoció y acordó su reforma, propiciando desde el diálogo y el consenso la aprobación por amplia mayoría del actual Estatut en el año 2007.
Como presidente del Govern, afrontó los grandes retos del cambio de siglo en la Comunidad, desde la modernización y la entrada en el euro, los inicios de la lucha contra el cambio climático, los avances en la igualdad entre hombres y mujeres y la lucha contra la violencia hacia las mujeres con la creación del Institut Balear de la Dona, así como, en su segundo mandato, la reivindicación de una mejor financiación.
Fue distinguido en el año 2006 con la Medalla de Oro de las Islas, máxima distinción de esta Comunidad, junto con sus cuatro predecesores en la presidencia del Govern, precisamente, por su notable trascendencia en el desarrollo de la autonomía.
El fallecimiento de Francesc Antich Oliver constituye un hecho de especial relevancia y motivo de luto para los ciudadanos y ciudadanas de Baleares. Por este motivo, el Govern acogerá, a partir de este viernes por la tarde, en la sede de la presidencia, el Consolat de Mar, su capilla ardiente y el libro de condolencias para que puedan acercarse todos los ciudadanos.