Madrid, 2 ene (EFE).-La Audiencia Nacional ha condenado a seis años de cárcel por incitar a unirse al Dáesh mediante la difusión de 2.100 vídeos y audios de contenido yihadista en redes sociales, entre ellos asesinatos violentos o ejecuciones y discursos de líderes de Estado Islámico, que él mismo consumía para radicalizarse.
En una sentencia, de 99 páginas, la Sección Cuarta de la Sala Penal impone cuatro años de cárcel por un delito de autoadoctrinamiento terrorista a Abdelkrim Moukhlis, detenido en Beniaján (Murcia) en enero de 2022, y otros dos años por un delito de enaltecimiento del terrorismo.
Según los hechos probados, el acusado, al menos desde 2013, decidió de forma consciente y voluntaria sumergirse en un intenso proceso de radicalización religiosa a través del consumo masivo de una gran variedad de contenidos divulgados por las estructuras propagandísticas del Dáesh, eficaces para la captación e incorporación de nuevos miembros dispuestos a pasar a la acción terrorista.
Desde ese planteamiento, y habiendo asumido el referido ideario, indica la Sala, el acusado realizó una intensa tarea de publicación y difusión de dichos contenidos, especialmente a través de las redes sociales Facebook y Telegram, además de utilizar vídeos e imágenes de la misma naturaleza en su perfil de WhatsApp para enviarlos a otras personas de su entorno.
La Sala considera que el acusado, a través de sus perfiles en las redes sociales, se instruía y alentaba a otros a incorporarse a las ideas radicales y violentas del yihadismo, representado por la organización terrorista autodenominada Estado Islámico-Dáesh “con fines de perduración de su existencia y favorecimiento de sus deleznables objetivos”.
Tenía archivados más de 2.100 vídeos y audios con imágenes de muertes, ejecuciones y asesinatos mediante métodos violentos, así como material bélico y discursos de destacados líderes de Dáesh, un material que, dice el fallo, proporcionaba a otras personas, bien por iniciativa propia o a petición de aquellas.
A través de los perfiles que usaba, el acusado, de forma voluntaria y consciente, se formaba y capacitaba, a la vez que propagaba la supuesta bondad de las acciones protagonizadas por dicha organización terrorista y sus satélites.
A la vez, pretendió sin éxito incitar a otros a participar en las acciones terroristas del Dáesh, puesto que las reuniones cercanas a su domicilio a las que convocaba a sus amigos no resultaron eficaces para que aquéllos dieran un paso más de adhesión que los "meramente contemplativos de los violentos vídeos y extremistas discursos y manuscritos que les facilitaba, muchas veces a petición de esas personas".
De ahí que la Audiencia le absuelva del delito de adoctrinamiento terrorista del que también le acusaba la Fiscalía, por el que le pedía nueve años de prisión.
Para los magistrados lo que sí se ha acreditado es el ejercicio de actos de promoción pública, exaltación y justificación de la organización terrorista Dáesh y sus miembros que, “con sus macabros actos de guerra y aniquilación del enemigo, ocasionan un grave quebranto en el régimen de libertades y un enorme daño en la paz de la comunidad, atentando contra el sistema democrático establecido”.EFE