Campanadas reivindicativas desde un pueblo abulense de la España vaciada

Villar de Corneja celebra campanadas anticipadas para 2025, promoviendo la visibilidad de sus pocos residentes y rechazando la despoblación en la España Vaciada, con actividades para todas las edades

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Por Antonio García

Villar de Corneja (Ávila), 31 dic (EFE).- La pequeña localidad abulense de Villar de Corneja, que cuenta con 32 vecinos empadronados, aunque solo 7 de ellos viven durante todo el año, ha adelantado al mediodía las campanadas para dar la bienvenida al año nuevo, de forma reivindicativa, desde la España Vaciada.

Con la alegría de otras ocasiones, desde que la alcaldesa Carmen Hernández puso en marcha esta iniciativa en 2004, más de medio centenar de personas, entre vecinos y visitantes, ha dado la bienvenida a 2025 por anticipado, para que los vecinos de avanzada edad puedan compartir este momento especial con el resto.

Aunque este año la regidora ha estado a punto de no seguir adelante con esta celebración, que se ha convertido en una tradición, Hernández ha optado finalmente por realizarla: "Mientras haya un vecino en el pueblo, lo voy a seguir haciendo".

Y es que actualmentee, solo siete personas de entre 50 y 90 años residen durante todo el año en este pequeño pueblo de la denominada España Vaciada, situada a unos 70 kilómetros al oeste de Ávila, casi en la frontera con la provincia de Salamanca.

La avanzada edad de sus siete residentes, todos ellos hombres, es una de las circunstancias que animaron a Hernández a poner en marcha esta iniciativa ya es conocida en otros puntos de España, lo que ha contribuido a hacer llegar el mensaje de estos pueblos 'moribundos' a todos los rincones del país.

"Esta ya no es la España vaciada, es la España que está in extremis", dice la alcaldesa popular de esta localidad, que se muestra muy crítica con "los políticos", ya que a su juicio no hacen lo que deberían "desde sus despachos" por estos pueblos que están al borde de la desaparición.

"No podemos tener nada de lo que habitualmente se ha vivido en el campo", ha comentado a EFE, desde la frustración, Carmen Hernández, quien lamenta las dificultades administrativas para poner en marcha iniciativas en el medio rural.

A ello atribuye, en parte, la situación de Villar de Corneja, un pueblo de 32 empadronados, de los que la mayoría vive en residencias de la tercera edad, mientras que los siete que quedan en el municipio tienen una media de edad superior a los 50 y uno de los cuales llega a los 90.

Varios de ellos trabajan en las fábricas textiles de la cercana localidad de Santa María del Berrocal (Ávila), lo que mantiene la población en siete habitantes.

Una población que se incrementa en fechas como las de fin de año o los fines de semana, gracias a las dieciocho plazas que aportan las cuatro casas rurales que alberga el municipio, una de ellas con 12 plazas, otra con 4 y dos más con 2 cada una.

Al margen de estos momentos puntuales, Villar de Corneja se encuentra en un momento crítico, como tantos otros pueblos de la España vaciada, según recuerda la alcaldesa, que con el adelanto de las campanadas a mediodía pretende, no solo que los vecinos de avanzada edad compartan este momento, sino también llamar la atención sobre estos municipios casi vacíos.

Para ello, este martes se han repartido 50 saquitos con doce uvas para quienes se han concentrado ante el reloj del Ayuntamiento y se han deseado feliz 2025, al tiempo que descorchaban botellas de champán y sidra.

Posteriormente, se han repartido entre los asistentes varias raciones de patatas revolconas con torreznos, uno de los platos más típicos de la cocina abulense, que este año se ha unido a la fiesta.EFE

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