Madrid, 30 dic (EFECOM).- El oro, uno de los activos refugio en tiempos de incertidumbre, se encamina a completar su mejor año desde 2010, impulsado por los conflictos geopolíticos, el inicio de los recortes de tipos y las compras de los bancos centrales, y a pesar del retroceso de los últimos dos meses.
A falta de una sesión para terminar el ejercicio, el precio del metal dorado ronda los 2.600 dólares por onza, lo que supone una subida del 26 % en lo que va de año.
La subida del oro en 2024 va camino de superar la registrada en 2020, que fue del 25 %, con lo que sería la mayor desde 2010, cuando se encareció un 29 %.
No obstante, el metal precioso llegó a subir un 35 % (respecto al cierre de 2023) el pasado 31 de octubre, cuando alcanzó su actual máximo histórico (2.790 dólares por onza).
La decisión de la Reserva Federal de EE.UU. de ralentizar las bajadas de tipos ha perjudicado al precio del oro, que se ha desinflado un tanto en el tramo final del año.
Pese a ello, el desempeño del oro en el conjunto de 2024 ha sido netamente positivo.
Según Daniel Marburger, consejero delegado de la plataforma de inversión en metales preciosos Stonex Bullion, los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo "aumentaron la demanda de oro como activo seguro", lo que elevó su precio.
Para Marburger, otro factor que ha influido en el precio ha sido "la anticipación de recortes de las tasas de interés por parte de los principales bancos centrales".
A diferencia de lo que ocurrió con el bitcóin, la victoria electoral de Donald Trump en EE.UU. ha debilitado al oro.
"La elección de Trump fortaleció al dólar estadounidense, lo que encareció el oro para los compradores internacionales y provocó una caída de los precios", explica Marburguer.
En cuanto a la evolución futura del metal dorado, Carsten Menke, del banco privado suizo Julius Baer, cree que las perspectivas económicas de EE.UU. a corto y medio plazo "podrían traer más vientos en contra que vientos a favor para el oro".
"Un año extraordinario para el oro está llegando a un final extraordinario", apunta en un informe reciente.
Según Menke, la cautela de la Reserva Federal ante un posible repunte de la inflación implicará menos recortes de tipos, lo que "hará subir al dólar y los rendimientos de los bonos estadounidenses", factores que pesarán a su vez en la evolución del oro.
En su opinión, el mensaje de la Fed es "un fuerte recordatorio de que el oro no es una protección contra la inflación por sí mismo, aunque goce de esa reputación".
"No protege contra la inflación positiva, resultante de una economía fuerte, pero sí contra la inflación negativa relacionada con una política fiscal y monetaria irresponsable", explica.
Sin embargo, Menke cree que, a más largo plazo, "los riesgos potenciales relacionados con las políticas de Trump y la reanudación de la compra de oro por parte de los bancos centrales deberían hacer subir los precios de nuevo".
"Vemos la compra de oro por parte de los bancos centrales como la fuerza estructural más fuerte en el mercado del oro, no solo en 2025 sino más allá. Por lo tanto, los reveses a corto plazo deberían verse como oportunidades de compra a más largo plazo", apunta. EFECOM