Madrid, 29 dic (EFE).- Solo el 0,28 % de los plásticos que acaban en el mar proceden de la Unión Europea, aunque esta genera el 15 % a nivel mundial, por lo que la "gran esperanza es el éxito de las negociaciones impulsadas por la ONU" para lograr un pacto global que afronte el problema.
Así lo ha explicado a EFE el director de negocio del Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), Sergio Giménez, quien lamenta que "ahora mismo Europa está sola" en la lucha contra esta contaminación "que procede en un 80 % de Asia", donde no existen las regulaciones europeas ni sus sistemas de gestión, por no hablar de otras sustancias contaminantes.
Si todos los países del planeta adoptaran las medidas europeas se reducirían en "al menos un 96 % los vertidos plásticos al mar" pero para ello es preciso que avancen las negociaciones para conseguir lo que la propia ONU califica en su web como "un tratado mundial ambicioso" que esperaba haber firmado este mismo año.
No ha sido así: "La última reunión fue en noviembre y las negociaciones no van tan rápidas como desearíamos, aunque esperamos lograr ese acuerdo en los próximos meses", precisa Giménez, quien insiste en que si no se logra la colaboración del resto del mundo, no se podrá resolver esto.
La gestión del plástico, tanto en Europa como en España, "se centra en la economía circular a partir de cuatro focos: ecodiseño, nuevos modelos de negocio, gestión del residuo y reciclado".
El ecodiseño es "especialmente importante" porque "permite reducir el material utilizado, introducir nuevos plásticos biodegradables y facilitar el reciclaje posterior" pero también es vital impulsar nuevos modelos de negocio orientados a utilizar el producto durante el mayor tiempo posible a través de dos vías: la reutilización, "un modelo que está yendo a más cada día como ha sucedido con las bolsas de la compra en los supermercados", y la reparación "especialmente en construcción".
En cuanto al manejo del residuo "aunque parezca increíble faltan modelos de gestión para muchos productos como los textiles, aparejos de pesca, envases industriales..." que solo ahora están empezando a diseñarse, como en el caso del plástico, pese a constituir un paso vital para ir al reciclado del cien por cien de la producción.
En lo relativo a la legislación, Giménez ha señalado la duplicidad legal entre la normativa española y la europea y ha pedido "armonizar más" ambas, además de denunciar que el impuesto a los envases no reutilizables -0,45 euros por kilo- es "un porcentaje alto que solo se ha gravado en España, no en otros países europeos", lo que encarece la producción española.
Las autoridades españolas "están muy obsesionadas con el plástico" por lo que las leyes que esta aplicando, "más que racionalizar su uso lo que van a conseguir es provocar su sustitución por otros materiales cuyo proceso de fabricación, almacenamiento, etcétera es más contaminante" con lo que "al final el impacto ambiental puede ser mucho mayor".
A su juicio, "la sociedad necesita mucha más información sobre el plástico" porque "muchas personas desconocen sus múltiples usos: sanitarios, telefonía, construcción, movilidad..." frente a "un problema: el de gestión".
El principal reto en Europa "lo tenemos en el vertedero porque recogemos mucho pero no reciclamos todo lo que querríamos y es ahí donde hay que incidir", ha señalado.
Mejoras en la calidad del aire gracias a recubrimientos activos, materiales seguros y sostenibles para construcción y movilidad y garantías de seguridad en los artículos plásticos reutilizables en contacto con alimentos son algunos de los proyectos con los que trabaja Aimplas en la actualidad para ofrecer mayor sostenibilidad en el sector.
Así, el proyecto Deconwaste está orientado a conseguir métodos de descontaminación eficaces para un tipo de polímeros conocido como poliolefinas, el proyecto Bioencapsulació desarrollará hidrogeles para aumentar la humedad del suelo y controlar plagas, y el proyecto Extractor permitirá desarrollar una metodología para extraer contaminantes emergentes como los microplásticos. EFE