Carlos Pérez Gil
Madrid, 29 dic (EFE).- Las dunas del desierto de Arabia Saudí aguardan a los pilotos de coches y motos del rally Dakar, el más exigente de todos, una dureza que para los participantes en la categoría ‘Original’ se duplica al afrontar la prueba en solitario, con el único apoyo de su destreza y de la pasión por la competición más célebre.
En línea con el espíritu que impregnó a Thierry Sabine cuando fundó el entonces París-Dakar en 1978, los pilotos de motos y 'quads' integrados en ‘Original’, todos ellos amateur, afrontarán la prueba -del 3 al 17 de enero- sin asistencia técnica y con la tarea diaria de asumir la logística, reparar posibles averías y mantener a punto el vehículo.
Entre los algo más de cuarenta inscritos, todos hombres, está el madrileño Javi Vega, quien se estrena con la marca china Kove después de su experiencia con Yamaha.
Como en las últimas seis ediciones, Vega, de 39 años, hace un paréntesis en su profesión de dentista cada comienzo de año para ponerse el uniforme de piloto y ejercer de llanero solitario en el desierto saudí en una modalidad en la que fue segundo en 2023.
“Para mí, esta categoría es un 70 por ciento mental y un 30 por ciento físico. Un aficionado a la moto que monte semanalmente podría acabar un Dakar. Pero hay gente que está muy fuerte físicamente y de cabeza se vienen abajo rápido. Son muchos días, siempre pasan cosas y tienes que estar preparado para solventarlas como puedas y no irte para casa rápido”, reflexiona Vega en declaraciones a EFE.
Hasta la pasada edición, se permitía la compañía de un familiar que podía ayudar en las tareas logística, pero la nueva normativa lo ha prohibido.
También se ha impuesto que los pilotos tengan que cambiarse sus neumáticos, limitadas a seis juegos, cuando antes asumía esta función el fabricante que emplean casi todos los pilotos.
“Cambiar unas ruedas que llegan calientes después de 700 u 800 kilómetros va a costar”, barrunta Vega, quien, al participar con una marca como Kove, tendrá al menos la posibilidad de tener asesoramiento oral de los mecánicos de su equipo.
Pero lo que peor lleva el piloto madrileño es cada madrugada, al levantarse sobre las 3.30 horas, deshacer la carpa y envolverla con el rocío mañanero. “La tienda está mojada, con lo que acabas haciendo una croqueta de arena y agua. Te vistes por la mañana seco y limpio y tras hacer la tienda, te empapas de barro”, describe.
Además de la tienda, la organización facilita a los pilotos un saco de dormir térmico, una alfombra, una mochila, una lámpara frontal, algo de ropa y un kit de higiene, además de un baúl para portar los repuestos y herramientas.
La experiencia adquirida en sus participaciones en el Dakar le ha llevado a la conclusión de que “el tiempo es lo más válido y descansar todo lo que puedas es lo que más vale”.
“El año pasado, me caí y el radiador de la moto se dobló. Pero vi que no perdía agua, así que lo dejé como estaba. Prefiero descansar y dormir que no que la moto vaya impoluta”, teoriza Vega, quien sufrió una caída en 2021 que le obligó a ingresar en la UCI con varias costillas rotas y neumotórax.
Después de la paliza de cada etapa, los pilotos de ‘Original’ emplean unas dos horas en las tareas mecánicas “si no hay caídas”.
“Todos los días son como una etapa maratón”, compara el piloto patrocinado por Pont Grup al referirse a la jornada en la que los participantes de las distintas categorías compiten sin ningún vehículo de asistencia y en igualdad de condiciones que los de ‘Original’.
Vega volverá a tener como rival a Rachid Al Lal, un militar español de 46 años procedente de Melilla que ya se enroló en ‘Original’ en 2021 y 2022. EFE