Claves para elegir pendientes y otros consejos para brillar del joyero Anton Heunis

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Inmaculada Tapia

Madrid, 29 dic (EFE).- La actriz Eva Longoria, la modelo Kate Moss e incluso la reina Letizia han lucido en alguna ocasión las creaciones del joyero Anton Heunis, que celebra sus 20 años en el diseño de "joyas de moda", como define a sus piezas de alta bisutería, ofreciendo las claves para elegir los pendientes más favorecedores según el óvalo facial.

"Nadie te va a decir que un pendiente te hace gordo pero, efectivamente, no todos le quedan bien a todo el mundo", dice Antón Heunis en una entrevista con EFE.

El creador sudafricano afincado en España diseña de manera artesanal bisutería de alta calidad, partiendo de cristales de Swarovski y piezas vintage que provienen de antiguas fábricas del sur de Alemania -donde hace décadas había una gran industria de este tipo de piezas-, y también de Menorca -cuenta- donde se lamenta que el sector haya perdido algunos de sus artesanos.

"En España hay muy buenos artesanos y me da pena que se pierdan", dice orgulloso de dar otra vida a piezas que iban a ser desechadas.

Con ellas crea una bisutería barroca, con mucho color, pendientes, gargantillas, broches o anillos que no pasan desapercibidos. Propone jugar con la bisutería, que es como "el prêt-à-porter de la moda".

Cómo elegir pendientes

El diseñador sudafricano asegura que si el óvalo de la cara tiene forma de diamante o corazón, lo más adecuado es optar por un pendiente que caiga, "hará más redondo el rostro".

Los aros "van bien" para todo tipo de rostros; sin embargo, si el óvalo es cuadrado recomienda pendientes pequeños, incluso fijos en el lóbulo, dice este diseñador afincado en España, adonde llegó "por amor".

"Lo mejor es lucir una joya con la que estar cómoda; si no convence o no da seguridad, mejor no llevarla. Debe de ser una pieza que ilumine", aunque siempre se pueden transgredir los propios límites, afirma convencido Heunis que, en sus inicios en la moda, trabajó para firmas como Emanuel Ungaro o Roberto Cavalli.

En su taller y 'showroom' tiene una nueva colección con cristales rojos, azules o naranjas, de gran tamaño. Suele presentar dos al año y confiesa, con cierto pudor, que su imaginación no le permite bajar de las 200 piezas en cada una.

"Más es más, me gusta la fantasía", comenta con una carcajada ante piezas que para algunas mujeres podrían ser excesivas, pero que encuentran un gran número de adeptas en Estados Unidos, Rusia y Oriente Próximo, pero que minimiza ante la sobriedad de sus compradoras japonesas.

El poder transformador de una joya y la vigencia de las perlas

Heunis indica que no existe un protocolo para las joyas. "No hay que ir de fiesta para utilizarlas. Imagínate a alguien que es muy de chándal o un estilo Rosalía, depende de lo que te pongas puedes cambiar el 'look' por completo".

Por ello, recuerda que nadie es demasiado joven para lucir unas perlas. "Una perla puede ser la cosa más 'trendy' -tendencia- del momento", y muestra como ejemplo una de sus gargantillas con maxiperlas y un engarce metálico. "Parece un broche de abuela, pero no", matiza.

Tan característicos son sus diseños que uno de sus momentos de mayor satisfacción fue ver a una mujer por la Gran Vía con un diseño que había realizado en exclusiva para una joyería de la Quinta Avenida de Nueva York.

"Fue un momento muy bonito darme cuenta de que una pieza que había fabricado en Madrid, se fue al otro lado del mundo y luego volvió a casa", explica el creador, cuyas piezas se distribuyen en puntos de venta físicos en tiendas multimarca como Revolve en Estados Unidos, donde ha llegado a vender 2.000 referencias en un año. EFE

(foto)

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