Barcelona, 25 dic (EFE).- Mantener rutinas diarias y una buena comunicación con la persona afectada son consejos esenciales para disfrutar de las fechas navideñas con familiares con alzhéimer, que pueden sufrir de más en esta época del año por el cambio de horarios y la falta de comprensión de la realidad.
En este tipo de situaciones es primordial que toda la familia esté actualizada sobre el estado de salud del pariente, una situación que puede ser más desafiante para pequeños y mayores.
"El entorno debe tener información sobre la enfermedad desde que hay un diagnóstico. Esto es clave para evitar la confusión de los más pequeños o episodios en los que los mayores confundan o violenten al paciente", explica en una entrevista a EFE la psicóloga y coordinadora de los programas grupales para personas cuidadoras de la Fundación Pasqual Maragall, Elena de Andrés.
La Fundación Pasqual Maragall, dedicada a la investigación, divulgación y apoyo a las familias de afectados de alzhéimer, ofrece en estas fechas una serie de recomendaciones a las familias que tienen parientes afectados por la enfermedad ante el bullicio, desplazamientos y cambios de horarios de las fiestas navideñas.
"En estas fechas, debemos crear un ambiente tranquilo y positivo para el afectado. Todo depende del estado de la enfermedad: si está en fase inicial, prácticamente se puede hacer vida normal, pero si está más avanzado, puede costarle entender la situación y debemos atender sus necesidades", detalla De Andrés.
Los casos en los que la fase del alzhéimer es ya avanzada requieren una mayor paciencia por parte de los familiares, evitando cruces de conversaciones en las que el paciente pueda confundirse y desconectar de lo que ocurre a su alrededor.
Tener una persona al lado que se ocupe de que se sienta partícipe de la conversación y de la reunión familiar es una de las soluciones más acertadas, aunque siempre compartiendo estos cuidados con otros familiares.
"A veces, el familiar repite una misma pregunta varias veces y debemos tratar de responder siempre como si fuese la primera vez que lo hace para reorientarle", aconseja la psicóloga, quien también recomienda preguntar si quiere más comida o le apetece participar en la actividad que se esté desarrollando.
Todas estas contribuciones permitirán que, independientemente del tamaño del entorno (aunque siempre es recomendable evitar grandes aglomeraciones de gente en las comidas familiares), la persona se sienta "cómoda e incluida".
"Tener alzhéimer no significa no poder participar en actividades familiares, sino que hay que adaptarlas. Por ejemplo, preguntar: "¿Te apetece cantar villancicos?", o ser algo más permisivos jugando al dominó, porque puede haber confusiones durante la partida", argumenta De Andrés.
Uno de los mayores problemas que puede suceder durante una reunión familiar con un paciente con alzhéimer es que algún miembro no esté actualizado sobre el estado de la enfermedad del pariente o que incluso desconozca lo que implica padecerla.
"Con los más jóvenes, es imprescindible contar que su tío o su abuelo puede confundirse a la hora de recordar su nombre. Los niños son muy inteligentes y se dan cuenta de lo que ocurre, así que debemos informarles con consejos de acorde a su edad", indica la psicóloga de la Fundación Pasqual Maragall.
Sin embargo, la especialista señala que el desconocimiento acerca del alzhéimer también puede producirse en los mayores: "La aceptación de la enfermedad tiene distintas fases y en alguna se pasa por la negación. Todos deben entender que el alzhéimer es mucho más que un problema de memoria", subraya.
Conviene preparar a pequeños y mayores ante este nuevo escenario, así como actualizar a aquellos que hace tiempo que no ven a la persona afectada, para celebrar estas fechas navideñas de la forma más feliz posible y teniendo en cuenta a todos los integrantes de la familia. EFE
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(Texto) (Recursos de archivo en www.lafototeca.com cód 21702978 y otros)