Madrid, 25 dic (EFECOM).- La inflación, que llevó a los bancos centrales a subir los tipos de interés en 2022 y 2023, preocupa de nuevo a los inversores ante la posibilidad de que el futuro presidente de EE.UU., Donald Trump, cumpla sus promesas electorales, que pasan por reducir los impuestos y aumentar los aranceles.
Después de unos meses en los que el crecimiento, sobre todo en Europa, y los conflictos geopolíticos habían desplazado a los precios como motivo de preocupación, la inflación vuelve a estar en el foco.
La cautela mostrada por la Reserva Federal (Fed) en su última reunión, en la que se decantó por ralentizar las bajadas de tipos, ha puesto en alerta a los mercados.
La última encuesta de gestores de fondos de Bank of America, publicada justo antes del mensaje de la Fed, ya situaba a la inflación como una de las principales preocupaciones, junto a una eventual guerra comercial global.
Desde la última reunión de la Reserva Federal, las dudas han aumentado en los mercados, que hasta hace poco esperaban un 2025 netamente positivo.
Ni siquiera les ha tranquilizado del todo la evolución, mejor de lo esperado, de los precios de los bienes de consumo personal en EE.UU., uno de los indicadores en los que más se fija la Fed.
"Sorprende la contundencia de la reacción", reconoce Enguerrand Artaz, gestor de fondos de la Financière de l'Echiquier.
Artaz apunta que, al reducir sus perspectivas de recortes de tipos de cuatro a dos, la Fed "no ha hecho más que situarse en el nivel de las expectativas recientes de los mercados", aunque admite que los inversores "sin duda esperaban que el banco central estadounidense mantuviera un sesgo un poco más expansivo".
En cuanto a la inflación, señala que "la fuerte revisión de las expectativas para 2025 plantea interrogantes"
En su opinión, este movimiento "bastante violento" del mercado pone de relieve dos factores: por un lado, las altas valoraciones de la renta variable en EE.UU. y el optimismo dominante hasta hace poco y, por otro, "la extrema sensibilidad de los mercados y de ciertos banqueros centrales a la cuestión de la inflación".
Según Artaz, se esperaba "un escenario económico perfecto", lo que "coloca a la renta variable estadounidense en una situación en la que la más mínima mala noticia puede pagarse muy cara".
Los analistas coinciden en que, con esta nueva perspectiva, juegan un papel fundamental los planes del presidente electo de EE.UU.
"Una cuestión clave para 2025 es si Trump se empleará a fondo en sus pilares políticos: desregulación, bajada de impuestos, aranceles e inmigración", explican los analistas de Generali AM.
A su juicio, puede que Trump "se piense dos veces" cualquier medida que pueda afectar a la inflación.
"La gente sigue disgustada por los niveles de precios en EE.UU., de ahí que Trump pueda no ir 'a fondo' en las políticas más inflacionistas, como los aranceles, el déficit presupuestario y la inmigración", apuntan.
Según Generali AM, persisten los riesgos de una inflación al alza, especialmente en EE.UU.
De cara a 2025, Kutxabank Investment cree que la victoria de Trump y la inestabilidad política en Alemania y Francia "abren el abanico" sobre la evolución de la economía a ambos lados del Atlántico, que dependerá, en su opinión, de los plazos y la intensidad de las medidas que adopte el futuro presidente de EE.UU.
En su Estrategia de Mercados para 2025, la entidad destaca que "las políticas de comercio e inmigración de EE.UU. vuelven a estar en el centro del cuadro macro global".
"La duda está ahora en qué beligerancia empleará (Trump) en estos frentes y con qué rapidez tomará acciones", subraya Kutxabank Investment. EFECOM