Port Tarraco, destino de megayates internacionales para realizar tareas de mantenimiento

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Tarragona, 18 dic. (EFECOM).- Port Tarraco ha colgado este otoño el cartel de completo con la llegada de megayates internacionales que atracan en Tarragona durante semanas para realizar tareas de mantenimiento y reparación fuera de la temporada de verano.

La treintena de amarres, de entre 45 y 160 metros, de este muelle del Puerto de Tarragona han estado a pleno rendimiento hasta hace unos días y ahora la ocupación está cercana al 60 %.

"Nuestra temporada más alta es de septiembre a finales de noviembre. Ahora, parte de los barcos que teníamos en otoño se han ido al Caribe y volveremos a estar llenos de nuevo en primavera", explica el director general de Port Tarraco, Marc Colls.

Recibe algunos de los yates de lujo más grandes del planeta, propiedad de emires de Catar, jeques árabes, magnates rusos o multimillonarios neozelandeses.

El Azzam, considerado el yate privado más largo del mundo, con 181 metros de eslora y construido por los astilleros alemanes Lürssen, estuvo seis meses allí. Su dueño es Jalifa bin Zayed Al Nahaya, presidente de los Emiratos Árabes Unidos.

También acoge barcos de película, como el Fair Lady, construido en 1928 en el Reino Unido y en el que se grabaron algunas de las escenas de la trilogía 'Cincuenta sombras de Grey'. Con sus 39,6 metros de eslora y 6,4 metros de ancho, es un habitual en los últimos años.

"Port Tarraco no es un destino de temporada para estas embarcaciones, es una marina técnica, un puerto donde acuden entre temporadas o después para hacer mantenimiento, reformas, mejoras y todo tipo de trabajos para tener los barcos a punto", señala Colls.

Cuando está completo, unos 600 tripulantes 'viven' en los yates mientras están atracados y cerca de 150 técnicos se encargan de las reparaciones específicas.

"Esta actividad intensa tiene un impacto positivo para la economía de la ciudad de alrededor de 18 millones de euros al año. Genera empleo directo e indirecto y refuerza el papel de Tarragona como centro de reparación y mantenimiento náutico", afirma Colls.

De hecho, en torno a Port Tarraco han surgido negocios vinculados a servicios para estos yates, abiertos durante todo el año.

La sostenibilidad es otro factor clave: todos los barcos atracados están conectados a la corriente eléctrica para reducir el impacto ambiental y cuentan con una elevada capacidad para potabilizar el agua de mar y producir su propia agua dulce tanto para el consumo de sus tripulantes como para tareas de limpieza.

"Nuestras infraestructuras y los servicios exclusivos que ofrecemos permiten que los barcos reciban mantenimientos de altísima calidad en un entorno óptimo. Nuestra geolocalización y la capacidad para acoger grandes embarcaciones nos han convertido en un destino muy atractivo en el ámbito global”, concluye Colls. EFECOM

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