El padre y el hijo acusados de intentar matar a un agente de Guardia Civil fuera de servicio en Almería tras llegar a apuñalarle con una de las dos navajas de grandes dimensiones que portaban han asegurado este martes que solamente trataron de defenderse de un supuesto ataque iniciado por el denunciante a raíz de una discusión de tráfico.
Así lo han trasladado durante la vista oral celebrada en la Audiencia Provincial de Almería donde solo han respondido a las preguntas de su defensa, ejercida por la letrada Mónica Moya, ante quien el autor material de la puñalada ha afirmado que actuó obcecado por los hechos, aunque sin intención de matar al perjudicado, al ver a su hijo implicado en una supuesta pelea.
"No vi ni dónde lo apuñalé", ha aseverado el acusado, quien ha detallado que se dirigió en coche con su mujer y su hijo a un centro de rehabilitación donde ella era tratada debido a una grave enfermedad, de modo que tenían que bajarla del coche sin que hubiera un espacio para aparcar, lo que dio lugar a que se obstaculizaran la vía momentáneamente.
La defensa ha sostenido que tanto la disputa de tráfico como la posterior agresión tuvieron lugar durante la misma jornada del 4 de noviembre de 2021 frente a la versión de la Fiscalía y la acusación particular, que separan ambos hechos un mes y medio, toda vez que el ataque se habría en un encuentro fortuito en el que los acusados habrían reconocido a la víctima cuando caminaba por la calle.
Según la versión de los acusados, para los que la Fiscalía pide 11 años de prisión, ellos trataban de bajar a la mujer del coche cuando escucharon "voces" del denunciante, quien empezó a "gritar" para, acto seguido, iniciar un enfrentamiento físico en el que "tiró al suelo" a uno de ellos antes de empezar a golpearlo, conforme a sus explicaciones.
Fue entonces cuando, según el relato de ambos enjuiciados, el hijo se sumó a la supuesta pelea para "defender" a su padre, aunque se habría visto superado por el denunciante. Fue entonces cuando el padre, quien ha afirmado tener licencia de armas, desenfundó la navaja que portaba y que siempre lleva consigo para cometer la agresión, según ha contado. "Estoy súper arrepentido", ha apostillado al respecto.
El menor de los acusados ha afirmado que extrajo la navaja que llevaba en el maletero del vehículo envuelta en una tela "para defenderse", aunque siempre la mantuvo "cerrada", sin advertir, según ha dicho, que su padre había sacado ya su arma y había pinchado a la víctima.
Los acusados han rechazado en su versión saber que el denunciante era agente de la Guardia Civil, pese a que, según el relato ofrecido por este, se identificó de voz nada más ver que los acusados se acercaban a él, ya que no llevaba su uniforme ni otro distintivo puesto que había salido a la calle a pasear al perro.
"ME DIJERON QUE ME IBAN A RAJAR"
La víctima ha mantenido su relato a lo largo de su declaración, en la que ha diferenciado los hechos que habrían tenido lugar el 21 de septiembre de 2021, cuando se produjo el encontronazo al estar mal estacionado el vehículo de los acusados, con los hechos del 4 de noviembre, cuando se produjo la puñalada.
"Me dijeron que me iban a rajar", ha manifestado el perjudicado a la hora de dar cuenta de las amenazas que habría sufrido mes y medio antes del ataque cuando él mismo circulaba en su vehículo junto con su hija, menor de edad, quien se puso a llorar después de que llegaran a golpear su coche en una tensa situación que apenas duró unos minutos, según ha detallado.
El denunciante ha explicado que fue reconocido por los acusados el día de la agresión, cuando él iba de regreso a su casa y pasó junto al vehículo de estos; momento en el que escuchó "ahí está el mierda del otro día". Fue entonces cuando, según ha explicado, se identificó ante ellos como agente de Guardia Civil y les dijo que no quería "problemas".
Pese a todo, y según ha explicado, ambos se "abalanzaron" sobre él, de modo que trató de reducirlos sin éxito ya que recibió un navajazo en el costado de uno de ellos. Tras lograr zafarse, salió corriendo mientras avisaba a la policía, pese a lo cual el más joven de los agresores habría intentado volver a pincharle, según ha dicho. Asimismo, ambos habrían intentado también agredirle después con un palo y lanzándole varios ladrillos de una obra cercana, según ha narrado.
La versión del acusado se ha visto apuntalada por el relato de uno de los agentes de Policía Nacional que actuó en el lugar de los hechos, donde hallaron al padre e hijo cuando intentaban subirse al vehículo mientras que la víctima afirmaba que era el requiriente y que había sido apuñalado.
El agente ha explicado que encontraron uno de los cuchillos debajo de un vehículo mientras que el otro lo había escondido la madre y esposa de los acusados entre sus pechos, según pudieron comprobar tras un cacheo en una zona separada. El agente ha negado que los acusados solicitaran auxilio o manifestaran lesiones a consecuencia de un ataque del denunciante.