Los planes futuros de Acesur pasan por la integración vertical, las marcas y la innovación

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Madrid, 14 dic (EFECOM).- La integración vertical, las marcas y la innovación son los tres pilares sobre los que se asientan los planes de futuro de la compañía de aceite de oliva Acesur, explica su director general, Gonzalo Guillén, en el podcast Efeagro Punto de Encuentro.

Acesur, que comenzó su andadura en Sevilla en 1840 bajo el nombre de "Aceites y Jabones Luca de Tena", "perdura con un capital familiar y con lo que supone una empresa familiar, con todas sus virtudes y defectos, pero con muchos valores, un crecimiento sostenido y unos planes estratégicos muy claros", afirma su primer ejecutivo.

Actualmente, tiene presencia en más de cien países, cuenta con diez fábricas, emplea a casi mil profesionales y factura por encima de los mil millones de euros, destaca Guillén, que ve a su padre, Juan Ramón Guillén, como un referente del que ha ido aprendiendo el negocio cada día.

"Mi padre va camino de los 90 y me hace ilusión cuando pasa por la oficina, prácticamente a diario. Es aquel tipo de personas de aquella época que son muy constantes y apasionadas por el trabajo, y eso se contagia", apunta.

Guillén sostiene que el futuro de la compañía pasa por un plan estratégico de tres pilares: seguir potenciando la integración vertical desde las fincas hasta las almazaras, poner el foco en las marcas, que "generan mucho valor y abren muchos mercados internacionales"; e innovar en todos los procesos.

En concreto, Acesur está invirtiendo en la automatización y modernización de las fábricas, y en la transformación de fincas para olivar superintensivo.

Su director general explica que, tras haber adquirido en el pasado participaciones de otras empresas del sector, estudiarán las posibles oportunidades que salgan, aunque en el caso de Deoleo "nadie sabe nada".

Acesur ha sufrido durante los dos últimos años la escasez de producto por la sequía y los precios disparados, de modo que han tenido una negociación continua con los distribuidores y logrado unos "resultados razonables en ese contexto", manteniendo los volúmenes de negocio y sus marcas en todos sus mercados.

Para Guillén, la buena noticia ha sido que el consumo solo ha bajado un 30 % con una inflación del producto de más del 300 %; espera que los mercados se recuperen "relativamente rápido" si vuelve la normalidad en esta campaña, que se vislumbra mediana.

Considera que los precios del aceite de oliva pueden seguir bajando si sigue lloviendo y en primavera hay unas temperaturas normales y sin granizo durante la floración.

Sobre la calidad, Guillén destaca que los aceites de oliva están "muy regulados" y el 90 % de las botellas en el mercado son de empresas de primer nivel a las que les gusta cuidar su producto.

"Ha habido una revolución de calidad brutal. Hoy en día los aceites son de extremísima calidad. Creo que hablar de fraude de mezclas en un sector tan potente, bueno, internacionalizado y ordenado puede hacer daño a la imagen del sector cuando la construimos todos los días y llevamos 30 años conquistando el mundo porque hacemos las cosas bien", enfatiza.

Defiende que Acesur sigue vendiendo fuera de España (pero no dentro) mezclas de aceite de oliva con otros aceites vegetales "porque es absolutamente legal y hay muchos clientes que están acostumbrados" y así se lo piden.

Guillén llama a cambiar el panel de cata por un sistema de autocontrol reforzado y cree que el aceite de oliva tiene la "gran oportunidad" de crecer en los mercados internacionales, lo que ha permitido a Acesur diversificar riesgos.

Pone de ejemplo países importadores como Brasil, parte del Mercosur –con el que la Unión Europea acaba de cerrar un acuerdo comercial-, y muestra prudencia ante los cambios en la política arancelaria de Estados Unidos que pueda introducir su próximo presidente, Donald Trump. EFECOM

(podcast)(audio)(vídeo)(foto)

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