Junts acapara el foco con la cuestión de confianza, los PGE y sus exigencias a Sánchez

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Patricia Crespo

Madrid, 14 dic (EFE).- Junts ha conseguido acaparar el foco político en los últimos compases del año con su petición al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que se someta a una cuestión de confianza, sus exigencias para negociar los presupuestos y las reclamaciones sobre lo que se debe a Cataluña por parte del Estado.

Aunque desde el inicio de la legislatura la formación que lidera Carles Puigdemont se ha encargado en repetidas ocasiones de poner en apuros al Gobierno, dejando claro lo que se cotizan en el Congreso sus siete diputados, la ofensiva de los últimos días ha vuelto a poner encima de la mesa las "carpetas" pendientes y, de paso, todas las miradas sobre la formación.

A estas carpetas suele referirse la portavoz parlamentaria de JxCat, Miriam Nogueras, que la pasada semana encajó una tanda de reveses encadenados al Ejecutivo, aliándose con los populares para eliminar un impuesto energético, alejando la posibilidad de que haya presupuestos y lanzando una andanada a Sánchez en el pleno del Congreso.

"Muevan el culo", llegó a espetarle Nogueras, quien pidió al Gobierno que "hagan el trabajo que tienen que hacer" y paguen "lo que deben" a los catalanes, al tiempo que desplegaba su lista de carpetas pendientes de abrir, desde las competencias a transferir a la aprobación en Europa de la oficialidad del catalán.

Ante su "nos plantamos", Sánchez aseguró, sin levantar un ápice el tono, que el Ejecutivo va a cumplir con los compromisos que se acordaron con todos los grupos en la investidura y para la conformación del Gobierno de coalición.

Su gabinete, con él a la cabeza, repiten una y otra vez desde hace un año que es verdad que hay un Gobierno en minoría parlamentaria al que le toca negociar y trabajar ley a ley, pero destacan que sus esfuerzos y capacidad de diálogo da sus frutos porque se están aprobando normas de calado y aseguran que la legislatura se agotará.

Centrado en su hoja de ruta, que pasa por presentar los presupuestos y sacar adelante el paquete fiscal, el Ejecutivo no ve un punto de inflexión en lo ocurrido, asegura que las negociaciones para el traspaso de las competencias migratorias a Cataluña están avanzadas y, aferrándose a lo que ya le ha dado resultado en otras ocasiones, pide discreción para que el diálogo fructifique.

Junts cerraba la semana con otro toque de atención al permitir, con su abstención -a la que se unió el PNV-, que saliera adelante una iniciativa del PP para que el Congreso inste al Gobierno a solicitar una orden de arresto contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

El último movimiento político del partido de Puigdemont con la cuestión de confianza es visto desde fuera como una suerte de fuegos de artificio. Los portavoces del resto de grupos parlamentarios le han restado valor práctico y lo sitúan en la estrategia.

Rocambolesco fue el adjetivo que usó el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, quien, no obstante, aprovechó para dar la bienvenida a "este lado del muro" a Junts.

En el PP no quieren despistarse de su propia ofensiva al Gobierno, centrada en los casos judiciales que le acechan, como el caso Koldo, y a la espera de la declaración esta semana ante el Supremo del empresario Víctor de Aldama y de Koldo García, exasesor del exministro José Luis Ábalos, citados como investigados.

El resto de socios de investidura del Gobierno libran su propia batalla a cuenta del mantenimiento del impuesto a las energéticas, con el empeño de Podemos en que se materialice y con PNV y Junts cerrados al mismo y a convalidar un real decreto que lo haga posible.

Así las cosas, y con el cambio de estación a la vuelta de la esquina que precede al nuevo año, resuena lo que pidió Puigdemont a los suyos el pasado 17 de octubre nada más recuperar la presidencia de JxCat: salir de los cuarteles de invierno y comenzar a jugar una nueva partida. EFE

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