València, 14 dic (EFE).- Invernaderos sensorizados que monitorizan el clima y los cultivos en tiempo real, bancos que recolectan energía solar y pueden detectar si hay alguien sentado en ellos, gemelos digitales para controlar el tráfico o nuevos métodos para el reciclaje de residuos generados por el turismo son algunas de las propuestas para las ciudades inteligentes del futuro en las que ya trabajan los institutos tecnológicos Aitex, Itene, Inescop y Aiju.
Se trata de los proyectos ‘Citisens’ -que desarrolla el centro de investigación e innovación, Aitex-, ‘Emobconnect’ -del Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (Itene)- y el proyecto ‘Hor-ECO’ -liderado, además de Aitex, por el centro tecnológico del calzado (Inescop), y el del juguete (Aijiu)-, todos ellos puestos en marcha por centros de la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (Redit) y financiados por IVACE+i y Fondos FEDER.
En concreto, el proyecto Citisens de Aitex se centra en el desarrollo de instalaciones y mobiliario urbano sensorizado para las ciudades inteligentes o ‘smart cities’ del futuro, donde en el año 2050 vivirá el 70 % de la población mundial.
Los textiles sensorizados, que en Citisens se utilizan en bancos o invernaderos, son materiales textiles que incorporan sensores para medir variables como luminosidad, temperatura o humedad.
Pero estos textiles no sólo monitorizan su entorno en tiempo real, sino que, en algunos casos, también incluyen “actuadores”, que pueden responder a las condiciones detectadas, por ejemplo, emitiendo calor o luz. Además, muchas de estas estructuras son autosuficientes energéticamente, y pueden nutrirse de la energía solar.
El proyecto de Aitex aplica este tipo de textiles, por ejemplo, a la estructura de un invernadero para crear invernaderos urbanos conectados, que funcionan con sensores que miden parámetros ambientales como temperatura, humedad, calidad del aire y humedad del suelo.
Los datos en tiempo real que envían estos sensores hacen que el sistema pueda activar automáticamente dispositivos como bombas de riego o ventilación para que el funcionamiento sea autónomo, que además se nutre de paneles solares integrados y puede controlarse de forma remota.
Además, mediante la técnica del bordado electrónico, es posible integrar estos sensores y circuitos directamente en los tejidos que cubren el invernadero, para que mantenga su flexibilidad y funcionalidad.
El proyecto Citisens incluye asimismo el desarrollo de un prototipo de banco urbano sensorizado, que funciona también mediante paneles solares que generan su propia energía.
Asimismo, integra sensores de luminosidad que permiten ajustar la iluminación según la luz ambiental y textiles inteligentes que detectan la presencia de personas y pueden, en respuesta, activar funciones como la iluminación.
Solo son dos ejemplos de avances tecnológicos en mobiliario urbano, aunque desde Aitex aseguran que las ciudades pueden beneficiarse, también, de muchos otros.
Por ejemplo, explican, se puede incorporar paneles solares en bancos situados en parques o farolas para generar energía renovable que alimente puntos de carga o sistemas de iluminación.
También, se utilizan sensores ambientales para medir la calidad del aire y otros parámetros, así como textiles inteligentes que permiten, por ejemplo, cargar dispositivos móviles.
La movilidad es otro de los ejes de las ciudades inteligentes, donde la gestión de grandes volúmenes de datos permite conocer en tiempo real cómo se circula por las diferentes calles y avenidas, dónde hay tráfico lento o atascos, cuáles son los lugares más transitados en un periodo determinado, cómo funciona el transporte público o cómo afecta el clima a la circulación.
Son algunas de las variables que permite medir la tecnología que el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (Itene) desarrolla en el proyecto Emobconnect, que busca que la movilidad en las ciudades inteligentes sea también inteligente.
El proyecto incluye el diseño y puesta en marcha de un centro de datos para diseñar y validar escenarios de movilidad y transporte urbanos, así como aplicaciones y modelos predictivos para mejorar los Sistemas Inteligentes de Transporte.
La tecnología de ITENE replica escenarios reales de forma virtual -lo que se conoce como gemelos digitales-, y en ellos los gestores públicos podrán hacer pruebas virtuales de cualquier cambio o novedad que quieran introducir en la circulación en las ciudades antes de que este cambio afecte a la realidad de las calles y carreteras.
Por otra parte, además, los vecinos y los conductores pueden consultar en el centro de datos el estado del tráfico en tiempo real, además de la disponibilidad del transporte público, lo que pretende ayudarles a planear sus trayectos y, por lo tanto, a descongestionar las ciudades.
La sostenibilidad es también el objetivo del proyecto ‘HOR-Eco’ con el que los institutos tecnológicos Inescop, Aitex y Aiju buscan desarrollar esquemas de economía circular para mejorar el reciclaje de los residuos multicomponentes de la actividad de hoteles, restaurantes y cafeterías, lo que se conoce como sector “Horeca”.
El impacto medioambiental del turismo es otro de los retos de las ciudades inteligentes, que se enfrentan al hecho de que muchos de los residuos de esta industria no pueden ser reciclados de forma sencilla, sino que necesitan de tratamientos previos y procesos específicos de reciclado.
Por eso, el proyecto ‘Hor-ECO’ no solo busca plantear las adaptaciones tecnológicas necesarias para el reciclaje selectivo de los residuos, sino también vías para obtener materias primas recicladas de alto valor añadido.
Pero además de plantear propuestas para mejorar el reciclaje de estas empresas de hostelería y turismo, se pretende explorar vías para transformar sus residuos en espumas, textiles, cuero, polímeros y metales que puedan dar lugar a nuevos materiales que se reintroduzcan en el sector. EFE
1011731
(foto)