Santander, 11 dic (EFE).- La Guardia Civil de Cantabria ha desarticulado un grupo criminal "considerado especialmente peligroso", al que se atribuyen más de 30 robos cometidos en apenas dos semanas en establecimientos y viviendas, además de robos de vehículos, y al que se ha incautado un arsenal de casi 50 armas.
Tres personas pertenecientes a un clan familiar, con edades comprendidas entre los 30 y los 40 años, han sido detenidas y enviadas a prisión por orden judicial en el marco de la operación 'KARR1'. Dos de los detenidos están vinculados a un tiroteo registrado en Torrelavega en noviembre por una disputa con otro clan.
La investigación, que comenzó en julio, continúa abierta y no se descartan nuevas identificaciones.
En los registros realizados, los guardias civiles han incautado un arsenal de casi 50 armas, 20 de ellas de fuego, entre pistolas, revólveres, escopetas, un rifle y un fusil. Algunas de ellas, en el momento en el que fueron encontradas, se encontraban municionadas y estaban preparadas para dispararse.
También se han intervenido 27 maletines con herramientas eléctricas y se han recuperado 12 cajas fuertes y cajas de cambio inteligentes -todas ellas forzadas-, además de joyas, dinero y llaves de vehículos.
"Se trata de un golpe importante contra la delincuencia, uno de los más relevantes de los últimos años", ha destacado la delegada del Gobierno de España en Cantabria, Eugenia Gómez de Diego, en una rueda de prensa en la que ha comparecido junto al coronel jefe de la Guardia Civil en Cantabria, Antonio Orantos, y el capitán de la Unidad Orgánica de Policía Judicial, Alfonso Serrano.
El capitán de la Unidad Orgánica de Policía Judicial ha explicado que el grupo criminal llegó a alcanzar una media de dos robos diarios, con el foco puesto en establecimientos hosteleros, farmacias y viviendas, y que se caracterizaba por "una movilidad y anarquía total".
Aunque las investigaciones no han arrojado un patrón único, sí se pudo ver que con asiduidad se movían a otras localidades para comprar latas de gasolina, que utilizaban para repostar vehículos previamente robados y abandonados en diferentes lugares para no levantar sospechas.
Con la ayuda de mazas u otros objetos, entraban a los establecimientos y, utilizando la fuerza, se apoderaban de las cajas de cambio inteligentes y cajas fuertes que después forzaban en un lugar seguro para sacar el dinero.
El pasado 4 de diciembre se realizaron registros en viviendas y un garaje en la localidad de Campuzano, en Torrelavega, donde se detuvo a los tres sospechosos y se recuperaron los objetos robados.
Serrano ha destacado "la dificultad añadida" que suponía para la operación policial la disputa de este clan con otro de la misma localidad.
Esta situación llevaba a los detenidos a adoptar medidas de autoprotección "sobredimensionadas", como la colocación de armas preparadas para dispararse en las ventanas o cerca de sus camas, para "repeler cualquier tipo de ataque".
La investigación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción número 3 de Santander, en colaboración con la Fiscalía, y la operación ha sido desarrollada por el grupo de delitos contra el Patrimonio de Policía Judicial, con el apoyo del Grupo de Acción de Acción Rápida, unidades de Seguridad Ciudadana, así como efectivos y perros del Servicio Cinológico. EFE
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