'Et Incarnatus Est', un viaje al misterio de la Navidad a través del Niño Jesús

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Almudena Álvarez

Palencia, 5 dic (EFE).- El Niño Jesús se convierte en protagonista absoluto en 'Et Incarnatus Est', una exposición única y singular que reúne una extraordinaria colección de esculturas dedicadas a esa figura central del pesebre, procedentes de parroquias, museos y monasterios, piezas de gran valor patrimonial cargadas de historia y devoción que invitan a sumergirse en la esencia del misterio de la Navidad.

El Museo de Palencia acoge desde este jueves y hasta el 8 de enero la exposición ‘Et Incarnatus Est’, una muestra única dedicada a las imágenes del Niño Jesús, organizada por la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, la Diócesis de Palencia y la Junta de Castilla y León, con la colaboración de la Diputación y el Ayuntamiento de Palencia.

El proyecto era un anhelo de la Cofradía del Dulce Nombre del Niño Jesús y se enmarca dentro de las actividades organizadas para difundir el tradicional Bautizo del Niño, una fiesta de Interés Turístico Nacional que se celebra cada 1 de enero en Palencia.

Una colección única

La exposición reúne 20 tallas del Niño Jesús cedidas por parroquias, monasterios y museos de la provincia, a las que se sumarán en breve el Niño Jesús Dormido y San Juanito, del Museo de Santa Clara de Carrión de los Condes, actualmente en las Edades del Hombre en Santiago de Compostela.

Cada pieza seleccionada refleja una sensibilidad especial y es testimonio del fervor religioso y artístico de la época en que se realizaron.

"Es una magnífica exposición para adentrarnos en el misterio de la Navidad y conocer mejor nuestro rico patrimonio histórico artístico", ha afirmado durante la inauguración José Luis Calvo, delegado diocesano de Patrimonio y comisario de la muestra, junto a Carlos Mediavilla, responsable de Cultura de la Cofradía Dulce Nombre de Jesús.

Es una muestra "única en el mundo" que sin duda potenciará la difusión de la fiesta del Bautizo del Niño, ha añadido el delegado territorial de la Junta en Palencia, José Antonio Rubio.

Una cuna y un Niño de Filipinas

Entre las más destacadas se encuentra la cuna del Niño Jesús, una joya que por primera vez ha salido del Real Monasterio de Nuestra Señora de la Consolación de Calabazanos.

 "Esta obra no solo tiene un alto valor artístico, sino que está profundamente vinculada al misterio de la Navidad y al Auto de los Reyes Magos que se representa en Calabazanos", ha apuntado Calvo.

También son de gran interés tres lienzos del siglo XVII: el Niño Jesús Dormido del Museo Campos del Renacimiento en Becerril de Campos; la Virgen con el Niño de la Catedral de Palencia; y el Niño Jesús Peregrino procedente de Carrión de los Condes. Estas pinturas complementan la colección escultórica, proporcionando un marco más amplio del arte sacro dedicado al Niño Jesús.

Si bien, una de las historias más fascinantes detrás de esta exposición es la del Santo Niño del Cebú, una talla procedente de Filipinas que llegó a Palencia de la mano de misioneros agustinos y puede verse en la iglesia de Santos Facundo y Primitivo de Cisneros.

Se trata de una pieza esculpida en madera policromada y adornada con ropajes bordados en seda y oro, que representa un símbolo de la conexión cultural entre España y sus antiguas colonias.

Otra particularidad de la muestra es la variedad de posturas y acabados en las imágenes del Niño Jesús. Algunas tallas lo muestran de pie bendiciendo con la mano derecha, con una cruz o un orbe, símbolo de su realeza divina, mientras que otras lo representan sentado o incluso dormido, evocando ternura y serenidad.

Las piezas visten desde ropajes sencillos de lana hasta lujosos tejidos bordados con hilos de oro y plata, como el Niño Pastor del convento de Calabazanos o el Niño Jesús de San Andrés en Carrión de los Condes.

Todas son imágenes únicas talladas en madera policromada a excepción del Niño Jesús de la iglesia de Santa María de Fuentes de Nava esculpido en madera y metal.

Además, la exposición incluye una amplia gama de peanas que, lejos de ser meros soportes, se convierten en obras de arte por derecho propio, complementando y realzando la presencia de cada figura.

El arte del Niño Jesús

Las imágenes del Niño Jesús no solían estar presentes entre las obras escultóricas destacadas en nuestros templos hasta la época del Renacimiento.

Estas esculturas comenzaron a proliferar tras la obra del escultor Juan Martínez Montañés en 1606, considerado el gran maestro de la imaginería andaluza. Su interpretación del Niño Jesús, con su característico moño y expresión dulce, se convirtió en el modelo a seguir para generaciones de escultores.

A partir de ese momento es cuando los escultores comienzan a realizar tallas a su imagen, tomándola como prototipo de escultura exenta destinada al culto.

En la Diócesis de Palencia, la tradición de representar al Niño Jesús alcanzó un alto nivel artístico, especialmente entre los siglos XVII y XVIII.

La exposición selecciona piezas que muestran esta evolución estilística, destacando detalles como el policromado, los acabados textiles y las expresiones serenas que invitan a la devoción.

Para José Luis Calvo, ‘Et Incarnatus Est’ es mucho más que una exposición; es una invitación a reflexionar sobre el misterio de la Navidad a través del arte sacro que no solo realza el valor devocional de estas piezas, sino que también destaca la riqueza artística y cultural de la provincia, convirtiéndose en una cita imprescindible para esta Navidad. EFE

aaf/mr/ros

(foto)

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