Ciudad de México, 4 dic (EFECOM).- La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha previsto este miércoles que la desaceleración económica en México en 2024 y 2025 será mayor que la estimó en su anterior informe de mayo.
En ese análisis de perspectivas, cifró el crecimiento económico del producto interior bruto (PIB) de México en el 2,2 % para 2024 y en el 2 % para 2025.
Ahora, en el documento que ha divulgado este miércoles, rebaja notablemente esas cifras de crecimiento: al 1,4 % en 2024 y al 1,2 % en 2025. Para el 2026 estima un repunte del 1,6 %.
En 2022, México creció el 3,7 %; y en 2023, el 3,2 %.
Según la OCDE, esta moderación responde a una combinación de factores: una demanda interna debilitada, una desaceleración en la creación de empleos formales en el sector industrial y una inversión privada afectada por incertidumbres políticas y económicas.
“Los indicadores de corto plazo sugieren que la debilidad de la demanda interna, que comenzó a fines de 2023, persiste. La desaceleración del consumo privado, tanto de bienes como de servicios, está vinculada a una menor creación de empleo en el sector industrial”, indica la OCDE en su informe.
Además, apunta que la culminación de grandes proyectos de infraestructura en el sur del país ha limitado el crecimiento de la inversión pública, al tiempo que ha disminuido la inversión privada.
Por otro lado, el organismo resalta que las exportaciones mexicanas han mostrado resiliencia, impulsadas por la fuerte demanda de bienes duraderos en Estados Unidos.
Sin embargo, advierte de que persisten riesgos inflacionistas, especialmente en el sector servicios, donde los precios han crecido un 5 %, reflejando presiones que podrían dificultar una estabilización completa de la inflación.
Para enfrentar estos retos, la OCDE recomienda una combinación de políticas fiscales y monetarias.
Entre las prioridades están la consolidación fiscal, a fin de cumplir la meta del Gobierno mexicano de reducir el déficit público del 5 % del PIB en 2024 al 3,2 % en 2025 mediante una disminución en la inversión pública y ajustes en el gasto.
Además, estima pertinente mantener una "política monetaria prudente", lo que supone continuar con la disminución gradual de las tasas de interés, actualmente en el 10,25 %, para estimular la inversión sin comprometer la meta de inflación.
De acuerdo con las proyecciones oficiales, se reducirían al 7,5 % a finales de 2025.
La OCDE cree que “un uso más sistemático de análisis costo-beneficios sólidos, la ampliación de la base impositiva sobre la renta personal, el aumento de la recaudación del impuesto sobre bienes inmuebles y la mejora de la eficiencia de la administración tributaria ayudarían a financiar un mayor gasto en áreas críticas como la educación y la infraestructura”.
A pesar de las dificultades, la OCDE destaca que México "podría beneficiarse de las tendencias de relocalización de cadenas de suministro (nearshoring), lo que permitiría atraer inversión extranjera directa hacia sectores de manufactura avanzada y tecnología".
Sin embargo, avisa de que, para aprovechar esas oportunidades, "se requiere un entorno regulatorio estable y eficiente". EFECOM