Madrid, 3 dic (EFE).- La familia de la mujer de 72 años asesinada en 2020 en Chapinería (Madrid) pide prisión permanente revisable para el acusado que reconoció los hechos, Emilio "El loco", y para la otra acusada, hija de la fallecida, porque entiende que ambos son autores del asesinato de una persona especialmente vulnerable, a la que suministraron alcohol y cocaína para agravar su estado y quedarse con sus bienes.
La Audiencia Provincial de Madrid ha continuado este martes el juicio con jurado a Emilio R.M., y a África F.C., hija de la fallecida, acusados de la muerte de María Luisa Camacho y del descuartizamiento del cadáver, que fue hallado en un paraje del pueblo a principios de agosto de 2020.
El primer acusado reconoció lo hechos tanto ante la Guardia Civil como ante la jueza que instruyó la causa, explicando que fue él el que mató a su suegra y luego troceó y escondió el cuerpo, ya que la anciana quería echarles a él y a su novia de su casa. Exculpó a su novia, hija de la fallecida, del crimen.
La Fiscalía pide 18 años de cárcel para Emilio y en cambio solicita el archivo de la causa para África, ya que al ser entonces la novia del procesado no se le puede imputar un delito de encubrimiento de asesinato, en virtud del artículo 454 del Código Penal.
De cara al juicio el letrado de la acusación particular, Francisco Blanco, solicita prisión permanente revisable para los dos acusados, al entender que ambos participaron directamente en el asesinato de una persona especialmente vulnerable, ya que tenía 72 años y varias enfermedades.
Ha precisado que ambos acusados "la obligaban a hacer cosas que (la fallecida) no hacía anteriormente", como beber alcohol y posiblemente tomar cocaína, ya que en un informe consta que había restos de esta droga en el cuerpo de la víctima.
Para esta acusación ambos llevaron a cabo "una especie de maquinación para tratar de agravar su estado físico y psíquico, con la finalidad clara de quedarse con sus bienes".
El letrado ha destacado que la hija de la fallecida que está acusada "no denunció la desaparición, cuando fue detenida no declaró y antes dio explicaciones contradictorias a los agentes y a su familia, ademas de tratar de ocultar evidencias del crimen".
Por el contrario el abogado de África, Ángel Gómez, ha subrayado que la Fiscalía no la acusa y la Guardia Civil ha dicho en la vista de este martes que no hay pruebas que la incriminen directamente, lo que avala su tesis.
Por su parte la defensa de Emilio sostiene que este acusado cometió el crimen pero debido a una psicosis y que debe contemplarse una eximente por este motivo, solicitando que sea internado en un centro psiquiátrico.
Este martes la instructora del atestado de la Guardia civil ha declarado que el 4 de agosto de 2020 recibieron un aviso sobre un hallazgo y confirmaron que eran restos humanos descuartizados que estaban metidos en parte en bolsas de basura y en parte al aire.
Faltaba la cabeza del cadáver, posiblemente porque la habrían hecho desaparecer los animales de la zona.
Una vez identificado el cuerpo como el de María Luisa Camacho, que constaba como desaparecida desde finales de julio, se autorizó un registro en su vivienda y se encontraron restos de sangre en un sofá, que los autores habrían tratado de disimular colocando cojines.
Las pesquisas llevaron a la detención de Emilio, quien confesó el crimen y colaboró explicando detalles, mientras que la otra sospechosa no declaró.
Otro agente que llevó a cabo la investigación ha explicado que no pudieron acreditar que la otra sospechosa "participara directamente en el asesinato". EFE
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