Madrid, 3 dic (EFE).- Greenpeace ha colocado sendas piezas falsas en varios museos de la geografía española para denunciar "la reducción en un 36 % de las producciones agrícolas familiares desde 2007, los retrasos en la ley de agricultura familiar y los fondos de inversión destinados al regadío intensivo en la península".
Las obras son losas de piedra caliza de unos veinte por treinta centímetros con imitación de pinturas rupestres que representan a una familia de agricultores y ganaderos, incluso con tractores, para denunciar "el riesgo de la agricultura familiar de la que depende la sostenibilidad del medio rural y la alimentación futura de la población", según un comunicado de la organización ecologista.
Los activistas han colocado estos elementos en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, en el Museo de la Evolución Humana de Burgos y en el Museo Arqueológico de Almería, junto con un cartel explicativo.
Greenpeace señala que la agricultura familiar y social sigue siendo "la más importante" en España, donde todavía representa "el 60 % de la agricultura" total, pero denuncia que desde 2007 ha disminuido un 36 % para dar paso a "nuevos modelos de producción de agricultura altamente capitalizados y sin personas agricultoras".
Estas "mega explotaciones se han duplicado desde 2007 y aunque representan solo el 7 % del total, constituyen ya la mitad de la producción económica de 2021" según sus datos, lo que implica "una concentración del poder económico en manos de relativamente pocas empresas" y una tendencia que "pone en peligro el trabajo de muchas familias, asociaciones y cooperativas de pequeña escala que desde 2007 han perdido 287.000 puestos de trabajo".
La ONG reclama que la futura ley de agricultura familiar, prometida por el actual Gobierno, proteja a la pequeña agricultura familiar y social e incorpore elementos como la creación de un banco público de tierras que impulse la asistencia técnica, fomente la promoción de la venta directa e incluya incentivos para aquellas producciones que apliquen prácticas agroecológicas.
Favorecer a los grandes
La suma de las tierras compradas por los principales fondos de inversión supera en este momento las 100.000 hectáreas en la península ibérica, según sus cálculos, lo que "implica consecuencias ambientales como la concentración y acaparamiento de tierras" así como "un efecto devastador en el acceso y precios de la tierra para los jóvenes que quieren empezar un proyecto agrario".
Además, también denuncia la actual Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea porque "favorece a los más grandes" con un reparto de subvenciones que es "muy desigual e injusto" y "asfixia a las pequeñas explotaciones".
Así, subraya que las mega explotaciones, con su 7 % del terreno, reciben el 23 % de las ayudas directas de la PAC, en comparación con las pequeñas explotaciones familiares, que "constituyen el 60 % del sector y reciben el 29 % de las subvenciones". EFE