Madrid, 3 dic (EFE).- Casi tres millones de hogares en España destinan un gasto excesivo a la vivienda y los suministros, lo que lleva al 14,1 % de las familias a caer en una situación de pobreza severa, al dedicar más del 70 % de sus ingresos al pago del alquiler, según un informe de las fundaciones Cáritas y Foessa.
Según el avance de los resultados de la sexta Encuesta sobre Integración y Necesidades Sociales de la Fundación Foessa, realizada el pasado semestre a 12.500 hogares y que ha sido presentado este martes, la exclusión residencial ha sido uno de los problemas que "más ha empeorado" en el país en 2024.
El sobreesfuerzo por los costes de la vivienda afecta ahora a 6,8 millones de personas (el 14,1% de la población), un 1,7 % más que en 2018 y casi un 9 % más que en la crisis financiera de 2007.
El secretario técnico de Foessa, Raúl Flores, ha destacado que el problema de la vivienda es "una crisis real y de gran intensidad" que afecta, en mayor o menor medida, a uno de cada cuatro hogares en el país, y que empuja a los más vulnerables a la exclusión social.
La encuesta revela que 9,4 millones de personas (19,3 %) se encuentran actualmente en situación de exclusión en España, lo que supone un incremento del 16,4 % con respecto a la crisis financiera de 2007, aunque con un descenso del 15,4 % sobre 2023.
"Hemos sido incapaces de superar las consecuencias que originó la crisis financiera que tuvo lugar hace más de una década", ha resaltado Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas España, que ha definido la exclusión social como un problema de "claro carácter estructural" agravado por "la incapacidad de la economía y de las políticas para romper los ciclos de pobreza".
La portavoz ha lamentado que actualmente 550.000 hogares han tenido que "vivir sin recibir ningún ingreso" en el último trimestre de 2024 y ha incidido en que "las mejoras económicas globales" como el aumento del PIB, la ocupación laboral o la población activa "no están repercutiendo sobre un grupo de población" cuya situación de crisis "va más allá de la coyuntura".
El secretario técnico de Foessa ha hecho hincapié en las dificultades de acceso a un empleo para determinados sectores de la población y ha denunciado que, a pesar de haberse creado "un empleo formal, estable y con potencial integrador", al mismo tiempo ha crecido "un empleo con baja remuneración y poca estabilidad", a los que optan las personas más vulnerables o migrantes.
La fundación recuerda que "el empleo ha dejado de ser un antídoto infalible frente a la exclusión social", ya que el número de hogares cuya persona sustentadora principal tiene un empleo irregular (sin contrato y sin cobertura en la seguridad social) ha pasado de 1,3% en 2018 a 2,2% en 2024, y la inestabilidad laboral grave ha ascendido del 4,8% al 5,9%.
Cáritas y Foessa resaltan en este informe la necesidad de proteger a aquellos perfiles más vulnerables a la exclusión social, como son las personas migrantes, a vista de que la exclusión social afecta tres veces más a la población extranjera que a la de nacionalidad española.
Por grupos de edad y género, los más jóvenes y las mujeres son los que más han empeorado su situación al aumentar la incidencia de la exclusión social, ya que la infancia ha visto cómo la exclusión social severa le afecta más del doble ahora que en 2007 y las familias con mujeres al frente se ven un 34 % más afectadas que los hogares encabezados por los hombres.
La mayor exposición a la exclusión social también se encuentra fuertemente asociada a determinados tipos de hogar, especialmente las familias monoparentales (29 %), a las familias con menores de 24 años (24 %), y a aquellas familias con alguna persona con discapacidad (24 %). EFE