Inma Tapia
Madrid, 29 nov (EFE).- La diseñadora Sybilla, una de las máximas exponentes de la moda española, ha regresado después de una larga ausencia con una segunda colección de 'prêt-à-porter' "sin reglas", con la que mantiene su espíritu vibrante y su actitud hedonista y divertida de siempre.
Premio Nacional de Diseño de Moda 2015, la creadora no solo ha abierto un salón a medida y de novias, sino que ahora presenta una segunda colección prêt-à-porter para este otoño-invierno que continúa con nombres muy significativos. Si la primera fue 'Apetecible', esta la ha bautizado como 'Anárquika'.
"Una manera de resaltar que, por ahora, vamos presentando nuestra colección a nuestro ritmo y manera, sin reglas. Colecciones grandes, con muy pocas piezas de cada modelo, dando la posibilidad de confeccionar por encargo o variaciones especiales", ha explicado Sybilla este viernes a EFE.
Negro, rojo y verde, además del morado, son sus colores de referencia para prendas de estilo oriental y fáciles de llevar. Desde vestidos a abrigos, pantalones, tops en punto, jerseys de cachemire y monos, que se complementan con diferentes accesorios, pañuelos y carteras.
Diseños con una gran dedicación al patrón. "Trabajo mucho los patrones, de manera obsesiva te diría. Cada pieza tiene horas y horas de trabajo", subraya.
"Se prueban en distintos tipos de cuerpos, siempre buscando que sean sorprendentes y especiales, pero cómodas y prácticas al mismo tiempo", e incide en que hay mucho trabajo de "investigación en todo el proceso", también con los tejidos, donde priman los textiles "esponjosos y suaves, ropa que se siente como un abrazo".
Prendas que viajan a distintas ciudades del mundo, presentadas en tiendas efímeras. "Por ahora es un experimento que va evolucionando", ha señalado.
"Las tiendas son una celebración, una manera de acercarnos a los clientes y compartir momentos de mucha magia, donde se aprende mucho. Duran poco, por lo que a menudo son como una fiesta que se alarga varios días", admite la diseñadora.
Una colección lejos de las imposiciones del mercado, con un número de piezas reducidas que abarcan desde las de estilo más deportivo, a vestidos de noche, con el adn de la firma: adaptarse a distintas personalidades, ocasiones y cuerpos.
Los vestidos delinean el cuerpo femenino de manera sutil, con prendas confeccionadas para durar, fácilmente combinables, versátiles, aptas tanto para el día como para la noche, elegantes, sensuales y fáciles de llevar, señala la creadora, que confecciona en pequeños talleres artesanales, en seda, lana y acetatos.
La colección se compone también de abrigos de corte tecnológico, pantalones y tops en punto, jerseys de cachemire, en la que los monos son las prendas estrella, que se complementan con diferentes accesorios, pañuelos y carteras.
Sybilla quiere la interrelación con sus clientas en la tienda efímera de la calle Noviciado (Madrid), que permanecerá abierta hasta el 28 de febrero.
Un espacio que la reconcilia con otra etapa de su vida. "Volver a Madrid, a la calle Noviciado, que siento como una de las más pintorescas y con más personalidad de la ciudad, que guarda la esencia del Madrid de mi juventud, me ha reconciliado con la ciudad. El espíritu de barrio y comunidad aquí es increíble".
La diseñadora reflexiona sobre la situación actual de "momentos intensos en el mundo, en el país, en la ciudad… quisiera que esta tienda fuera como un bálsamo, una caricia amorosa, como una sopa de pollo caliente, que nutre y alimenta", una razón por la que rotunda asevera que quiere "hacer piezas que den fuerza y paz".
Y al mismo tiempo espera que ese espacio, "en este mundo aislado", se conviertan en "una buena excusa para juntarse y compartir, y poder sacar mi trabajo al mundo con alegría". EFE
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