Roma, 29 nov (EFECOM).- Los dos sindicatos italianos que convocaron este viernes una huelga general contra los Presupuestos de 2025 del Gobierno de Giorgia Meloni cifraron el respaldo de la protesta en más del 70 % de los trabajadores, sobre todo en las fábricas.
La CGIL y la UIL, dos de los sindicatos mayoritarios del país (el otro, la CISL, de tradición democristiana, no secundó la huelga), celebraron en un comunicado conjunto la "adhesión altísima" de la acción, de más de 70 %, y que llegó a paralizar plantas enteras.
La huelga había sido proclamada durante ocho horas en todos los sectores del país, aunque en el caso de los transportes fue limitado a la mitad, a cuatro horas, tras la intervención del Gobierno.
La movilización fue organizada para exigir cambios en los Presupuestos, considerados insuficientes para resolver los problemas del país, con mayor financiación de la sanidad, educación, servicios públicos y políticas industriales, además de un aumento del poder adquisitivo de los salarios y las pensiones.
Los sindicatos aseguraron que se ha llegado a paralizar numerosas planta como la de Heineken en Taranto (sur), la de la compañía alimentaria Citterio en Parma (norte), la repostera Sammontana de Florencia (norte) o la mecanica Dana de Reggio Emilia (norte).
La participación ha sido "altísima" en "todos los sectores productivos" del país y rozó el 85 % en otras empresas como la Ferrarele de Valle Camonia (norte), la Lavazza de Vercelli, la Acerería Beltrame de Vicenza o en varias cadenas de supermercados.
También paró el 98 % de los trabajadores de los coches de lujo Lamborghini en Bologna (norte), el 90 % de Ikea en Génova y el mismo porcentaje en la Pirelli de Settimo Torinese (norte).
Los sindicatos aseguraron que el impacto en el mundo de la educación fue asimismo "elevado", con "muchas escuelas completamente cerradas en las mayores ciudades italianas".
La jornada también estuvo marcada por cuantiosas manifestaciones en distintos puntos del país, un total de 43, que congregaron a miles de personas en las principales ciudades.
"Está ha sido una jornada de movilización como no se veía desde hacía tiempo. Hoy empieza un camino de protestas para dar la vuelta a este país como a un guante", advirtió desde Bologna (norte) el secretario de la CGIL, Maurizio Landini.
El líder sindicar aseguró que "más de 500.000 personas han decidido salir a las plazas de toda Italia para defender la libertad y los derechos", refiriéndose a las marchas ciudadanas.
La líder del Partido Demócrata (PD), Elly Schlein, líder de la oposición, aplaudió esta huelga contra unos Presupuestos que, dijo, "recortan en salud pública y las escuelas" y acusó a Meloni de "incumplir sus promesas sobre las pensiones" y de "no invertir en futuro".
Schlein señaló que también "es un momento para defender el derecho a la huelga, previsto por la Constitución" , después de que el Gobierno de la ultraderechista Meloni haya recurrido a la justicia para limitar el paro en los transportes, además de criticar al Ejecutivo porque "desde que tomó posesión no ha hecho más que precarizar el trabajo".
El secretario de la UIL, Pierpaolo Bombardieri, antes de la salida de la manifestación en Nápoles (sur), celebró que "hay miles de trabajadores marchando" y que "el Gobierno los debe escuchar".
"Creo que el Gobierno si ve como las 40 plazas en Italia se han llenado como ocurre hoy, tal vez debería hacer una reflexión. No sobre Landini y Bombardieri, sino con respecto a los miles, decenas, cientos de miles de personas. que hoy están en las calles pidiendo cambios", añadió.
En Turín (norte), una de las ciudades más industriales del país, se registraron algunos disturbios que derivaron en fuertes choques entre la Policía y los manifestantes, entre porrazos y patadas.
El ministro del Interior, Matteo Piantedosi, acusó de estos hechos a las personas que protestaban, a "las mismas banderas de siempre que se ondean en nombre de la paz y que se han enfrentado a los trabajadores de la policía".
"Un clima pesado alimentado por facciones extremas organizadas con el único objetivo de atacar a quienes trabajan para garantizar el derecho de manifestar sus propias ideas", reprochó el ministro. EFECOM
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