Madrid, 29 nov (EFE).- Tres miembros de una familia han reconocido en el juicio su participación en el asesinato de un pastor evangélico que como patriarca medió aplicando la ley gitana en una disputa con otro grupo familiar y al que uno de ellos abatió de varios disparos en plena calle del distrito de San Blas de Madrid el 16 de marzo de 2022.
La Audiencia Provincial de Madrid ha reanudado este viernes el juicio con jurado a cinco acusados de la misma familia, para los que el fiscal pide penas de entre 10 y 22 años de prisión, y que también están acusados por la representación de la viuda y los cuatro hijos de la víctima, que además imputan a un sexto familiar de los anteriores.
El acusado Enrique V.V. ha explicado que su hijo Abraham vivía con su mujer en su casa, que por diversos problemas decidieron separarse cuando ella estaba embarazada y que por la ley gitana la familia de ella le reclamó una indemnización que en principio era de 18.000 euros.
Ha añadido que, como no tenía dinero para pagar, fue pasando el tiempo y recibiendo amenazas por parte de la otra familia y la víspera de la fecha de los hechos en una reunión en la que participó la víctima, J.G.S., decidieron exigirle los 18.000 euros de indemnización más 12.000 de multa por la demora.
El acusado ha dicho que se bloqueó, decidió ir "a por ellos" y ha reconocido que organizó una emboscada en la que a las tres de la tarde de dicho día bloquearon con dos coches al que conducía J.G.S en la confluencia de la avenida de Guadalajara con la plaza de Alsacia en el barrio de Las Rosas del citado distrito madrileño.
Ha relatado que él conducía un Audi Q7 en el que iba con su hijo Abraham y su esposa, Gema J.S., a la que él obligo a subir al coche, ya que entendía que tenía que dar la cara porque es prima de la madre de la exmujer de su hijo.
El otro coche lo conducía Cristian V.M. e iba de copiloto su padre Antonio V.V., hermano de Enrique, que siguiendo indicaciones de este efectuó varios disparos con una pistola a J.G.S. que le causaron la muerte, siempre según el relato del acusado.
Antonio V.V. y Cristian V.M. han reconocido también estos hechos y al igual que Enrique V.V. han pedido perdón a los familiares de la víctima, lo que ha provocado momentos de tensión en la sala al estar presentes algunos de estos entre el público que han reclamado que se haga justicia.
Abraham V.J. ha declarado que se limitó a acompañar en el coche a su padre y que cuando huían hacia Sevilla para evitar represalias les llamaron varios patriarcas para decirle que como él había provocado la disputa debía autoinculparse y que por eso se presentó en un cuartel de la Guardia Civil y antes lanzó un disparo al aire con una pistola para simular que había sido el autor material.
Su madre ha asegurado que ella no quería montarse en el coche en el que tuvo lugar la persecución y la emboscada del vehículo de J.G.S., pero fue obligada por su marido mientras que su hijo Luis ha negado que participara en los hechos.
Al comienzo de la vista el abogado de la acusación ejercida por la familia de la víctima, Marcos García Montes, ha dicho que "J.G.S. era un patriarca, un mediador, un juez gitano que solucionaba problemas y conflictos, un pastor evangélico bueno".
Y ha aclarado que la familia de la víctima "es gente de paz que no quiere venganza sino justicia y los acusados deben pagar por lo que han hecho". EFE