Madrid, 28 nov (EFE).- La Biblioteca Nacional rinde homenaje al médico y anatomista Juan Valverde de Amusco autor de la “Historia de la composición del cuerpo humano”, de 1556), el primer gran tratado de anatomía en español que sirvió de guía a médicos, cirujanos y artistas del Renacimiento.
En 2025 se cumplirán 500 años del nacimiento de Valverde de Amusco (c.1525-c.1588), autor de un libro fundamental en la ciencia europea del Renacimiento y que supone una “maravillosa conjunción de conocimiento anatómico y arte”, ha explicado Sergio Ramírez, investigador del Instituto de Historia del CSIC y uno de los comisarios de la muestra.
La exposición gira entorno al libro, del que la Biblioteca Nacional guarda unas 15 primeras ediciones, 12 de las cuales se exhiben en las vitrinas, lo que permite admirar distintas páginas y grabados de la obra.
“Este libro fue un verdadero ‘best-seller’ de la época y supone una alianza entre el talento de los artistas, la pericia de los anatomistas y el conocimiento de los cirujanos-barberos”, ha destacado otro de los comisarios y también investigador del CSIC, José Ramón Marcaida.
Según Marcaida, no es cierta la leyenda de que las disecciones y el manejo de cadáveres fuera una práctica clandestina y prohibida.
Las manipulaciones de cadáveres se realizaban continuamente; con los papas, los cuerpos de los santos para extraer reliquias o realizar embalsamamientos, por no hablar de las curas a los heridos en batallas.
Así lo demuestra un “Compendio de la salud humana” de 1494 del que se expone un grabado con un cuerpo humano con decenas de cuchillos y espadas clavados por todo el cuerpo y el dibujo de qué órganos y músculos se ven afectados por cada cuchillada.
Otra prueba del conocimiento del cuerpo humano lo representa “El juicio final”, el inmenso fresco de Miguel Ángel pintado en 1536 en la Capilla Sixtina, un verdadero compendio de cuerpos que sirvieron de inspiración para los grabados anatómicos posteriores.
Anterior incluso a estos dos ejemplos, están las esculturas clásicas griegas y romanas, que sirven de primeros modelos para el primer gran tratado de anatomía, “De humanis corpori fabrica”, obra de Andrea Vesalio en 1543, que muestra por ejemplo una Venus clásica con el sistema digestivo visible.
Unos años más tarde, Valverde de Amusco utilizaría buena parte de los grabados de Vesalio para su tratado de anatomía, el primero publicado en español y en el que se incluyen numerosas correcciones tanto de los textos e indicaciones, como de algunos grabados.
Poco después de la publicación de la primera edición en castellano vieron la luz ediciones y adaptaciones en italiano, latín y holandés, y numerosas reediciones, lo que hizo de la Historia de Valverde un fenómeno editorial en el ámbito de la literatura médica y artística de la época.
Estos libros, sobre todo el español, de un tamaño mucho más manejable que el italiano, se utilizaban en las escuelas de arte de la época, para el aprendizaje de los artistas, que podían practicar también dibujando del natural, como demuestra un grabado de Cornelis Cort de 1578, “La Academia de Bellas Artes” en el que escultores y pintores practican con la ayuda de cadáveres y esqueletos colgando de cuerdas.
Hasta la aparición de estos libros, y como se ve en otro de los grabados de la exposición, los cirujanos-barberos practicaban siguiendo las instrucciones de los libros de Galeno, un médico, cirujano y filósofo griego del Imperio romano nacido en el año 130 d.C.
La exposición se podrá visitar hasta el 1 de marzo en la antesala del salón de lecturas María Moliner, en la Biblioteca Nacional. EFE