Valladolid, 28 nov (EFE).- Escultora de reyes, pionera en su oficio y desconocida fuera de los círculos académicos, Luisa Roldán la Roldana (Sevilla, 1652-Madrid, 1706), revive a través de una exposición monográfica inaugurada este jueves en el Palacio de Villena, parte del complejo del Museo Nacional de Escultura de Valladolid.
Una muestra, la primera dedicada a una mujer en este espacio dependiente del Ministerio de Cultura, que cuenta con 32 piezas de la artista sevillana, considerada como uno de los mayores exponentes del barroco español y que, bajo el título 'Luisa Roldán. Escultora real', podrá verse desde mañana, 29 de noviembre, hasta el 9 de marzo.
A las esculturas de la Roldana, como la apodaban en su tiempo, les acompañan la obra de otros autores del barroco español: pinturas de Palomino, Valdés Leal o Lucas Jordán, o tallas de coetáneos suyos como Pedro de Mena o Nicolás de Bussy, entre otros, y documentos, dibujos y grabados para que el visitante tenga una visión de conjunto de la obra de esta pionera.
"Esta exposición da respuesta a un viejo anhelo del museo, que es poder contar en sus colecciones con obras que la representen ante el público, que repasen toda su trayectoria vital y su producción", ha subrayado a EFE Miguel Ángel Marcos, conservador del Museo Nacional de Escultura y comisario de la muestra.
Luisa Roldán inició su carrera artística en el taller de su padre, el también escultor Pedro Roldán y, desde sus inicios en su Sevilla natal se trasladó a Cádiz y en torno a la década de 1690, a Madrid, donde, con su marido Antonio de los Arcos, mantuvo una producción artística que le llevaría a la Corte.
“Era hábil tanto en barro como en madera, como en piedra, como en metal, en cera y tenemos alguna constancia documental del uso de otros materiales, pero principalmente la producción que se conserva de ella es sobre todo madera policromada, que es la formación habitual en el taller de su padre y era la producción principal", ha explicado el comisario.
Sin embargo, fue con pequeñas obras en terracota policromada, las llamadas 'Alhajas de escultura', con las que Roldán consiguió llamar la atención del monarca Carlos II, que la nombró “Escultora de cámara” el 15 de octubre de 1692, "el más alto honor al que puede aspirar un artista en el barroco español" y que mantuvo con el siguiente monarca, ya Borbón, el rey Felipe V, cuando este ascendió al trono.
Esta producción abarca tanto obras en terracota, en barro cocido y policromado, que quizás son las más características de su producción: "Obras de pequeño formato de un modelado preciosista y con una policromía especialmente esmerada que tuvieron un éxito impresionante en la corte y que posteriormente han sido obras muy buscadas por el coleccionismo, tanto español como extranjero", ha resumido Marcos.
El también comisario e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Pablo Amador Marrero, ha destacado por su parte en declaraciones a EFE que la exposición permite tener una "visión panorámica" de la obra de Roldán, una mujer que nació en el Siglo de Oro y cuya vida se prolongó hasta el final de la centuria y un cambio de dinastía en la monarquía hispánica: de Carlos II, el último Austria, a Felipe V, el primer Borbón.
"Esta exposición es un momento del deleite de la vista, de entender a una mujer escultora como artista en mayúscula y una revisión de los paradigmas de la historia del arte", ha asegurado, antes de añadir que Roldán es una artista que "va más allá de la idea del Barroco", que busca "un crecimiento, que itinera y que se adapta a los gustos de la Cortes".
Esta exposición toma el testigo de la que se celebró en Sevilla en el año 2007 y la amplía con material de colecciones españolas, con obras que por primera vez salen de sus ubicaciones como los dos 'niños nazarenos' que se reencuentran por primera vez desde que abandonaran el taller de Luisa Roldán hace más de tres siglos.
Entre las instituciones prestadoras se encuentran el Museo del Prado, Patrimonio Nacional, el Museo de Bellas Artes de Sevilla, el Museo de Guadalajara, instituciones religiosas como la Catedral de Cádiz, cofradías de Sevilla, como la de la Exaltación y de las Tres Caídas, San Fernando de la Catedral de las Palmas de Gran Canaria o Móstoles, entre otros. EFE
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