Barcelona, 27 nov (EFE).- La jueza decana de Barcelona, Cristina Ferrando, es la apuesta de la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura (APM) para presidir el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, cargo que se disputará con su predecesora Mercè Caso, de Jueces por la Democracia, y Guillem Soler, de Ágora Judicial.
Según han informado a EFE fuentes del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), una vez finalizado el plazo para la presentación de candidaturas a la presidencia del TSJC, que expiró el pasado lunes, son tres los magistrados que aspiran a relevar en el cargo a Jesús María Barrientos, de la asociación moderada Francisco de Vitoria y que tenía el mandato caducado desde 2021 por el bloqueo en la renovación del poder judicial.
La candidatura de Caso, quien fue decana de los juzgados de Barcelona entre 2013 y 2021, se conocía desde hace meses en los círculos jurídicos -que dan por hecho que parte como favorita para hacerse con la presidencia del TSJC-, mientras la APM, asociación mayoritaria en la profesión y que también se esperaba que compitiera por la plaza, guardaba un discreto silencio sobre su aspirante al cargo.
Dos juezas decanas en liza
Finalmente, se ha sumado a la carrera para presidir el TSJC Cristina Ferrando, decana de los juzgados de Barcelona desde que ganó las elecciones en 2021 frente a Eva María Atarés, de la asociación Francisco de Vitoria, y Maria Antonia Coscollola.
A la práctica, la disputa por la presidencia del TSJC estará entre las dos mujeres candidatas, que son las que acumulan más méritos tanto por su experiencia jurisdiccional como gubernamental -ambas como decanas de Barcelona-, y pertenecen a las asociaciones con más peso en la profesión.
Ferrando, de 55 años y 24 de carrera, ha ejercido siempre su labor jurisdiccional en Cataluña, primero en los juzgados de El Prat de Llobregat (Barcelona), de los que fue decana, y, desde 2005, en el juzgado de instrucción número 14 de Barcelona.
Desde que ingresó en la carrera judicial ha compaginado la labor de jueza con el ejercicio de diversas tareas gubernativas: formó parte de la sala de gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña durante dos mandatos, bajo la presidencia de María Eugenia Alegret y después bajo la de Miguel Ángel Gimeno.
Mercè Caso, actual presidenta de la sección 12ª de la Audiencia de Barcelona, es la magistrada con la que Jueces por la Democracia pretende recuperar la presidencia del TSJC, que Miguel Ángel Gimeno perdió en 2016 frente a Barrientos, con un Consejo de mayoría conservadora que le impidió renovar su mandato.
Nacida en Barcelona en 1964, Caso fue jueza decana de Barcelona entre los años 2013 y 2021. Accedió a la carrera judicial en 1989, como titular del juzgado mixto número 1 de Vilafranca del Penedès (Barcelona), y en 1992 ascendió a la categoría de magistrada.
Posteriormente, ejerció en los juzgados mixto número 6 de Mataró (Barcelona), penal 12 de Barcelona y primera instancia número 19 de Barcelona, especializado en temas de familia. Entre 2007 y 2012, formó parte del equipo de profesores de la Escuela Judicial.
El tercer candidato es Guiller Soler, miembro de la asociación Ágora Judicial que fundaron jueces catalanes a raíz del 'procés' y titular del juzgado de primera instancia número 1 de Barcelona: anunció que se presentaba el pasado lunes, en un mensaje de X en el que admitía que no tenía "fácil" salir elegido.
Los tres candidatos serán citados en los próximos días ante el Consejo General del Poder Judicial para la preceptiva entrevista, en la que dispondrán de diez minutos para dar cuenta de sus méritos y sus planes para la institución.
El nuevo presidente asumirá las riendas del alto tribunal catalán cuando se han normalizado las relaciones entre la judicatura y el Govern, tras una década de procés.
Una etapa en la que el Tribunal de Justicia Catalán ha desempeñado un papel clave en los frentes judiciales del procés: desde la consulta del 9N que sentó en el banquillo al expresident Artur Mas a las iniciativas legislativas durante la convulsa etapa de Carles Puigdemont o el referéndum unilateral del 1-O. EFE