Madrid, 25 nov (EFE).- A través de 16 obras maestras de su colección permanente, el Museo Thyssen desgrana la evolución del mobiliario a lo largo de seis siglos, "hogares en constante transformación", del Barroco al Renacimiento, del impresionismo a la Bauhaus, de la élite de la creación al diseño democrático.
Así lo ha explicado este lunes, Elisa Sopeña, guía oficial del Museo Thyssen, durante el recorrido por las salas de la exposición 'Ikea y el arte del hogar, diseño para un mejor día a día' que se podrá contemplar hasta el próximo 6 de enero.
Sopeña incide en que las obras actúan como "ventanas a épocas pasadas" que revelan cómo los cambios sociales, económicos y culturales han influido en los espacios domésticos y el mobiliario.
"Las necesidades básicas del hogar son iguales en todas las épocas", ha reseñado Almudena Cano, comisaria de la exposición y directora creativa de Diseño e Interiorismo de Ikea en España.
'El evangelista san Mateo', de Gabriel Mälesskircher, demuestra que ya en el siglo XV los muebles se diseñan para ser versátiles y multifuncionales.
En 'El nacimiento de la Virgen', de Jan de Beer, es uno de los cuadros donde queda reflejado que en esa época "el dormitorio comienza a ser la estancia más importante de la casa, su corazón", advierte Sopeña, quien añade que hasta entonces no se había logrado que el textil fuera clave para lograr confort, una conquista que llega con el Rococó.
"Los tapices llegan a las paredes para dar calidez, una etapa donde lo que hoy conocemos como ergonomía comienza a aparecer con el diseño de muebles más cómodos" y "triunfa" la separación de espacios.
"El mueble se adapta al ser humano", comenta Sopeña frente al cuadro de Jan Jansz van der Heyden 'Rincón de una biblioteca', un despacho con cartografía y libros, muy del "gusto de la burguesía holandesa del siglo XVII".
La guía muestra un hogar que se adapta a la infancia en 'El tamborilero desobediente', de Nicolaes Maes; y refleja en el 'Retrato de la condesa María Benedetta di San Martino', de Pompeo Batoni cómo el mobiliario va ganando en modernidad.
El gusto por los objetos de un hogar, como un espejo, se manifiesta en el cuadro impresionista de Berthe Morisot 'El espejo psiqué', donde una joven se aprieta el corsé frente al tocador o en los bodegones del norteamericano John F. Peto.
A finales del XIX, William Morris, representante del movimiento Arts&Crafts, "apostaba por el arte para todo el mundo", recuerda la guía del Museo Thyssen, "pero con la artesanía el arte se encarece".
Es el movimiento de la Bauhaus quien retoma ese testigo, con la intención de que la industrialización haga el diseño accesible a la mayoría.
Lo que lleva a finalizar el recorrido frente a un Mondrian y sus colores primarios, con líneas geométricas sencillas, y a Paul Klee y 'La casa giratoria', "símbolo de que el hogar está siempre en plena transformación".
La comisaria de la exposición ha subrayado que Ingvar Kamprad, fundador de la firma sueca, retomó esa idea con el deseo de que "el diseño llegara a todo el mundo, quería democratizarlo" con un compromiso "la calidad y la sostenibilidad".
La marca tiene en la colección permanente del Museo Nacional de Suecia el reloj diseñado por el arquitecto Thomas Eriksson y ha colaborado con grandes nombres del diseño actual como Tom Dixon, Inma Bermudez, Chris Stampo o Ilse Crawford.EFE
(foto)