Cristina Magdaleno
Massanassa (Valencia), 23 nov (EFE).- La Cooperativa Agrícola de San Pedro de Massanassa es una de las muchas empresas vinculadas a la economía del arroz que desarrolla su actividad en el Parque Natural de la Albufera, donde tienen su secadora para este grano y las plantaciones a su alrededor han quedado completamente devastadas por los efectos de las inundaciones provocadas por la dana y todo el cereal que había en el interior de su nave, inutilizado.
"Esto no sirve ni para grano de los animales", lamenta en declaraciones a EFE Jaime Pons, miembro de esta cooperativa, que cuenta con unos 15 trabajadores.
Pons explica que, tres semanas después, los tractores continúan sacando de la nave industrial paladas y paladas de arroz en estado putrefacto, cuyo olor enturbia el ambiente de la zona porque, tras mojarse, se encuentra en un estado avanzado de fermentación y expulsando gases.
"Llegó a venir un teniente coronel de la Guardia Civil por el olor a preguntar si en la zona había cadáveres", señala este trabajador, que cree que las pérdidas de la Cooperativa pueden oscilar fácilmente entre los 1,2 y los 1,6 millones de euros, aunque tendrán que ser los seguros, apunta, los que valoren el monto total.
El trabajo principal en estos días continúa siendo sacar todo el arroz que había en interior de la nave en el momento del temporal. "Hay que sacarlo todo, que lo vengan a buscar y no sé si se podrá hacer biomasa o abono, pero esto no sirve ni para consumo de los animales, porque fermenta", abunda.
Aunque no pone en duda la continuidad de las cosechas próximas, sí apunta que existe cierta preocupación por cómo va a ser el estado general de la Albufera en el futuro, principalmente por ese efecto que puedan producir los químicos que se hayan vertido.
Unas motas más allá de la Cooperativa de San Pedro de Massanassa, en uno de esos montos de tierra que forman estrechos caminos para andar entre los arrozales anegados aún de lodo, trabaja Claudio Sendra y su brigada de la Red Natura 2.000, que se encargan de amontonar la basura para hacer más fácil su retirada.
La fuerza del agua ha traído hasta esta zona de La Albufera todo tipo de productos y desechos provenientes de dos centros comerciales cercanos: colchones, termos, hornos, bombonas de butano y de oxígeno, zapatillas, chanclas o incluso algún maniquí.
Sendra, que es capataz de su brigada, destaca a EFE que, principalmente, se encargan de retirar, los productos químicos que haya en las acequias, en coordinación con efectivos de Parques Naturales, con brigadas de cuatro personas.
"Hay mucho trabajo. Por lo que se ve aquí, es un trabajo de meses. Hay de todo porque en esta zona, al pasar por el centro comercial de Alfafar, hay muchas tiendas y supermercados y salen -del agua- muchas cosas", resume.
Con él trabaja Tino, que ya acaba su jornada y que no habla a cámara pero que, en una breve conversación, comparte su impresión tras varios años trabajando en el Parque: "Recuperarse se recuperará, pero no sé si en un tiempo que lo podamos llegar a ver". EFE
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