Juan Javier Ríos
Madrid, 22 nov (EFE).- El activismo rural no para desde la irrupción de la Revuelta de la España Vaciada y son numerosas las acciones para que las administraciones entiendan y atiendan las particularidades de unos pueblos que piden leyes hechas a su medida, o lo que es lo mismo: ruralizar las leyes.
Piden normativas creadas bajo la "lente" de lo rural para que, por ejemplo, un bar aldeano no tenga que cumplir el mismo papeleo que uno de una ciudad; o que no se le exijan los mismos requisitos a un pequeño negocio familiar alimentario que a una industria radicada en una zona urbana.
Es lo que persigue el movimiento "Rural Proofing" que está cogiendo impulso en España y que recientemente llevó sus exigencias al Parlamento español; del que han arrancado, de momento, algunos compromisos en forma de Proposiciones No de Ley.
Una labor cuyo germen hay que buscarlo dentro del espacio de coworking soriano El Hueco, donde crearon el G-100, un grupo de 50 mujeres y 50 hombres especialistas en economía, empleo, fiscalidad, medio ambiente, cultura o turismo que decidieron analizar con ejemplos y hechos concretos cómo afecta esta dinámica al medio rural.
Uno de sus coordinadores es Alfred Vernis quien, en declaraciones a Efeagro, ha rememorado los inicios de esta acción, en prepandemia, cuando empezaron "a hilvanar ideas".
El G-100 se dio cuenta de que hay habitantes en los pueblos con capacidad para "cocrear" porque "tienen muchas ideas" pero no las intercambian debido a la distancia física entre ellos.
De ahí nace esa idea del grupo con la intención de "contar con gente del territorio y ponerlos a pensar juntos" porque "hay personas de toda España que están preocupadas porque las leyes no les apoyan".
Vernis cree que no es cuestión de dejar a un lado la visión urbana: "Es importante un diálogo entre lo rural y lo urbano" porque "no se trata de polarizar" y porque, además, hay territorios que son un "mix entre lo urbano y lo rural".
También comprometido con esta causa está el consultor experto en desarrollo rural e historiador Miguel Martínez, quien ha asegurado que son "recurrentes" las situaciones que se provocan por la "falta de adecuación de muchas normas en vigor respecto a las realidades rurales".
Ha contado el caso de una de sus vecinas del Valle del Tena (Pirineo Aragonés) que elaboraba queso artesano pero tuvo que cerrar el negocio tras años en los que no superaba las inspecciones sanitarias efectuadas por las administraciones.
Sin embargo, a 14 kilómetros de allí, ya en la zona francesa, los pastores elaboraban quesos, "poco menos que removiendo el cuajo con la mano", y "recibían incluso premios por la excelencia de sus productos".
Para Martínez, estaba claro que a su vecina le estaban aplicando una normativa "propia de las grandes industrias" lácteas y ha lamentado que tuviesen que pasar más de 15 años para que las Cortes de Aragón aprobasen un ley de artesanías alimentarias rurales que "hubiera dado cabida a esa actividad, como a tantas otras que lo estaban demandando" en ámbitos como la escuela rural o la forma de organizar el transporte.
Para darle solución, este experto ha abogado por adecuar la legislación ya vigente a los supuestos rurales o, directamente, por aprobar leyes específicas.
El "mayor" problema para conseguirlo es que España "no tiene noción de nada de esto" y "tampoco abundan" los casos en el resto del mundo; siendo Canadá, Reino Unido o Australia algunos de los que han dado pasos.
Para Martínez, es necesario que la aplicación de los mecanismos rurales de garantía en las normativas se hagan "caso por caso" para atender las especificidades de cada área aunque hay algunas en las que las necesidades son "obvias".
En ese sentido, ha nombrado a la escuela rural, donde "evidentemente" la ratio de alumno por clase "difiere" entre los pueblos y las ciudades.
El objetivo de todo ello es que "haya una verdadera igualdad de oportunidades" para "todos" los ciudadanos, independientemente del lugar en el que vivan, y "sabiendo que en el espacio rural, a menudo, las cosas hay que hacerlas de una forma adaptada a su realidad". EFE