Alberto Ferreras
Fermoselle (Zamora), 21 nov (EFE).- Un fuego forestal intencionado que cruza la frontera, un lobo envenenado en La Raya hispanolusa, un vertido a un río transfronterizo y un control conjunto frente a delitos medioambientales son situaciones que precisan una coordinación entre los cuerpos de seguridad de España y Portugal.
Esos cuatro ejemplos que requieren una investigación conjunta de la Guardia Civil y la Guarda Nacional Republicana de Portugal se ensayan estos días en ejercicios prácticos en la frontera de Fermoselle (Zamora) con Bemposta (Portugal).
En la resolución de esos casos participan agentes del Seprona en siete equipos correspondientes a las provincias limítrofes con Portugal (Huelva, Badajoz, Cáceres, Salamanca, Zamora, Orense y Pontevedra), cada uno de ellos integrados también por agentes del Sepna (Servicio de Protección de la Naturaleza y del Ambiente) de las zonas situadas al otro lado de la frontera.
Además de esos siete equipos transfronterizos conjuntos, en el ejercicio práctico colaboran otro centenar de agentes con drones, perros adiestrados en la detección de venenos y otros profesionales especializados y medios tanto de la Guardia Civil como del GNR, además de una treintena de civiles.
En el centro de mando, siguiendo todas las operaciones de este ejercicio práctico, denominado Livex Lobo, se encuentran al frente el coronel Julio Serrano, jefe del Seprona en España, y su homólogo del Sepna portugués, Jorge Amado.
Se trata de la primera vez que se desarrolla un ejercicio que implica a todas las zonas de la frontera hispanoportuguesa, según ha resaltado a EFE Amado.
Estas prácticas, desde el miércoles hasta el viernes, incorporan "una nueva perspectiva de ámbito nacional" a la hora llevar a cabo esa colaboración transfronteriza y permitirá "mejorar mucho nuestras actuaciones, con una formación conjunta".
Por su parte, Julio Serrano ha aclarado a EFE que "no es una exhibición", sino que los ejercicios se han planteado para extraer conclusiones y saber en qué se puede mejorar.
Del mismo modo, se ha pretendido ver en qué aspectos es mejor cada país a la hora de resolver estos casos hipotéticos para implantar las acciones más eficaces también al otro lado de la frontera.
Por ello, el ejercicio es "lo más real posible" y para ello los equipos que investigan los casos deben seguir "distintas líneas de trabajo, muchas llevan a un callejón sin salida y una al responsable del delito", ha agregado.
Entre otras pistas se ha trabajado con venenos que los perros del grupo cinológico deben ser capaces de detectarlo y hasta con restos de sangre de lobo en furgonetas para dar con el autor de quien envenenó al cánido.
En este caso se trata de un delito simulado pero el ejercicio entrenará y ayudará a los agentes del Seprona y del Sepna a colaborar más y ser más eficientes a la hora de resolver los delitos medioambientales de La Raya/A Raia. EFE
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