Madrid, 21 nov (EFE).- Miguel Rellán se mete en la piel de un "superviviente", Juan Martínez, el protagonista de la novela del escritor y periodista Manuel Chaves Nogales, 'El maestro Juan Martínez que estaba allí', que dirige Xavier Albertí.
"No sabemos si Juan Martínez existió de verdad o no", ha advertido a EFE Miguel Rellán (Tetuán-Marruecos, 1943). Chaves Nogales contaba que se lo encontró en París, en uno de sus viajes, "pero son tantas las cosas que le pasan, que creo que debió de juntar las peripecias de varias personas. Aunque ya se sabe que la realidad supera a la ficción".
Del 28 de noviembre al 22 de diciembre se estrena en el Teatro de La Abadía 'El maestro Juan Martínez que estaba allí', una obra en la que muchos ven reflejada la vida de Vicente Escudero, un flamenco de Valladolid.
A Juan Martínez le ofrecen ir a Constantinopla a bailar flamenco con Sole, su mujer; no sabe dónde está, pero la economía manda y pone rumbo a Turquía.
Tiempo después recala en Rusia, donde le sorprende la revolución de 1917 y la guerra civil posterior. Moscú o San Petersburgo fueron algunos de sus destinos en un tiempo convulso, el que actuó en cabarets ante espías alemanes, duques rusos, asesinos y especuladores.
"Es un superviviente, inasequible al desaliento, no se rinde nunca, todos deberíamos aprender de ello", ha comentado Rellán con entusiasmo sobre un personaje que engarza con la picaresca española.
El actor reflexiona sobre la actualidad y advierte que "el mundo ha cambiado para mejor, pero en algunas situaciones seguimos siendo iguales". Se pregunta en qué se diferencia la guerra de Ucrania de la del Peloponeso. "En la tecnología, -responde-, pero siguen muriendo inocentes".
A partir de ahí, ha añadido Rellán, el texto plantea un análisis sobre dónde quedan "nuestros valores" en tiempo de guerra.
Con esta obra, el dramaturgo y director Xavier Albertí, reivindica al prolífico periodista y novelista sevillano Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897-Londres, 1944) cuando se cumplen 80 años de su fallecimiento; un autor considerado uno de los mejores cronistas de la primera mitad del siglo XX, recuperado ahora tras la publicación de su obra completa.
"Hemos descubierto al gran narrador que era y, sobre todo, ha permitido descubrir la hibridación entre el periodismo y la literatura" que floreció de una manera espectacular en España en la década de los años 30, indica Albertí.
"Vivimos entre algodones, con la queja constante", asevera Rellán, que vestido con sombrero cordobés, chaleco y pañuelo al cuello, representa a Juan Martínez, que se marcó una farruca con el castañeteo de sus dedos ante el alto mando ruso.
Este es el tercer monólogo al que se enfrenta Rellán, tras 'Novecento' y 'Yo, Farinelli, el capón', "un reto" que toma sin pensar que puede olvidar el texto, al no tener el apoyo de ningún compañero en el escenario. "Nunca se me ha pasado por la cabeza", comenta, y nunca le ha sucedido, remarca.
A pesar de ello, reconoce que sí le embarga la "melancolía durante las giras", al actuar en solitario y escuchar, desde el camerino justo antes de salir a escena, cómo el público se pliega al silencio absoluto.
"Entonces, sí que pienso: ¿pero quién me manda meterme en este tinglado?". EFE
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