València, 21 nov (EFE).- La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) envió entre las 16.13 y 18.43 horas del 29 de octubre siete avisos de pluviometría en relación al barranco del Poyo que "bajo ningún concepto" pueden ser considerados alertas del riesgo real de desbordamiento de esa rambla, según fuentes de la Generalitat.
Las mismas fuentes han señalado a EFE que esta información fue enviada vía correo electrónico y sin "ni siquiera una llamada telefónica" y han destacado que consistían en datos de las precipitaciones que se producían en la red de pluviógrafos desde el momento en que se declaró la emergencia.
Un día después de que la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, compareciera en el Congreso de los Diputados y asegurara, en cuanto a los avisos de situación, que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y la CHJ generaron "las alertas e informaciones adecuadas" operando "antes, durante el día 29 y después" bajo el mando único del gobierno regional, fuentes de la Generalitat han considerado que dar a entender que esas "comunicaciones y avisos" alertaran del riesgo real de desbordamiento del barranco sería "sencillamente mentir".
Según el gobierno autonómico, la normativa vigente, el plan especial frente al riesgo de inundaciones de la Comunidad Valenciana, establece que es la Confederación Hidrográfica la que debe avisar a Emergencias de los caudales circulantes por los ríos y barrancos, y sobre todo alertar del riesgo de desbordamiento.
Además, también debe presentar al Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat aquellos datos que describan el estado hidrológico e hidráulico y la evolución esperada de las cuencas afectadas, pese a lo cual, según las mismas fuentes, "la CHJ no hizo absolutamente nada de esto".
El Consell ha calificado de "apagón informativo" que durante "las horas críticas" de la riada del barranco del Poyo la Confederación estuviera "dos horas y media sin enviar ni un solo dato de la enorme crecida del caudal, entre las 16.13 y las 18.43 horas en las que el barranco se desbordó y causó las catastróficas inundaciones en poblaciones como Picanya, Paiporta o Torrent, entre otras".
Sostienen que es "ridículo" que con "los simples datos de un pluviómetro situado en Chiva o en la rambla del Poyo, en Riba-roja, el Centro de Emergencias debía haber supuesto cuánto caudal iba a circular" y que, por lo tanto, debía haber supuesto el desbordamiento.
Por el contrario, creen que se ha tratado de "hacer confundir a la opinión pública al tratar de justificar y esconder el hecho de que durante dos horas y media" el organismo de cuenca "no informara a Emergencias acerca de la evolución del caudal del barranco del Poyo, pese a que el aviso del riesgo de desbordamiento era su obligación y forma parte de sus funciones y competencias".
Para la Generalitat, la ministra trata de eludir la responsabilidad de la CHJ y de su ministerio porque son los que están a obligados a alertar a Emergencias del riesgo de desbordamiento del barranco y no lo hicieron "bajo ningún concepto".
La Generalitat ha manifestado que no comparte el discurso de Ribera en cuanto a que con los datos de lluvias caídas en las cabeceras de la cuenca Emergencias ya tenía información suficiente para deducir que el barranco se había desbordado y para tomar todas las medidas.
En este sentido, han señalado que "la transformación de lluvias en caudales no es sencilla", puesto que se requiere aplicar el conocido como método de Témez, que "encadena seis ecuaciones que hay que ir resolviendo para obtener una estimación de caudal".
Las mismas fuentes se preguntan si la ministra pretendía que "el personal del Cecopi se ponga en plena situación de emergencia 2 y en plena inundación a hacer fórmulas matemáticas para poder deducir que un barranco se ha desbordado y que eso supone un peligro para la población", y añade si no hubiera sido "más fácil y eficiente que el personal técnico de la CHJ hubiese llamado directamente para alertar inmediatamente" a Emergencias del riesgo de desbordamiento.
Para la Generalitat, la ministra trata de "tapar, ocultar y justificar que durante dos horas y media, entre las 16.13 y las 18.43, la CHJ no mandó ni un solo dato, ni un solo mail, ni una sola llamada, que informara de que el barranco se iba a desbordar". EFE