París, 21 nov (EFECOM).- España es el quinto país de la OCDE en el que más ha aumentado el peso de la fiscalidad entre 2010 y 2023, cuando pasó a representar un 37,3 % del producto interior bruto (PIB), por encima de la media del 33,9 %.
En esos trece años, los impuestos y las cotizaciones sociales en España crecieron en España en 6,05 puntos de PIB, una cifra que sólo superaron Japón (8,2 puntos), Eslovaquia (7,6), Grecia (7,5) y Corea del Sur (6,5), explica este jueves la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su informe anual sobre recaudación fiscal.
El pasado año, en España se redujeron tres décimas cuando en el conjunto de la organización cayó una décima.
Los países en los que la carga fiscal era más alta en 2023 eran Francia por segundo año consecutivo (43,8 %), Dinamarca (43,4 %), Italia (42,8 %), Austria (42,7 %), Bélgica (42,6 %) y Finlandia (42,4 %).
En el otro extremo, los países con menores gravámenes eran Estados Unidos (25,2 % del PIB), Costa Rica (24,9 %), Turquía (23,5 %), Colombia (22,2 %), Irlanda (21,9 %), Chile (20,6 %) y por último México (17,7 %).
El pico de la fiscalidad se había alcanzado en 2021, una consecuencia indirecta de la crisis de la covid que causó una recesión que redujo sustancialmente el PIB y de forma casi automática incrementó el peso relativo de los impuestos.
Ese año la fiscalidad llegó al 37,8 % del PIB en España y al 34,1 % de media en la OCDE.
Desde 2010, cuando se hacían sentir las consecuencias de la crisis financiera, el peso de los impuestos y contribuciones representaba en España un 31,3 %, netamente por debajo del 36,4 % que suponían en 2007, en vísperas del estallido de esa crisis.
La estructura de la fiscalidad en España se asemeja bastante a la de la mayor parte de los otros países europeos, en los que las cotizaciones a la Seguridad Social son la principal partida y representan entre el 10 % y el 15 % del PIB.
En España suponían en 2023 un 12,9 %, por debajo del 14,7 % en Alemania o del 14,6 % en Francia, pero muy por encima del 6,1 % en Estados Unidos o del 6,7 % en Reino Unido.
Los impuestos sobre la renta y sobre los beneficios eran el segundo gran bloque, con un 12 % del PIB, mientras las tasas sobre bienes y servicios pesaban un 10 %.
Si se aísla el impuesto de sociedades (el que pagan las empresas por sus beneficios), en 2022 -último año para el que hay cifras comparables- en España subió una décima al 2,7 % del PIB, con un peso relativo bastante bajo, muy inferior al 3,9 % de media en la OCDE.
Esas tasas corporativas eran particularmente altas en Australia (6,4 % del PIB), Chile (5,6 %), Corea del Sur (5,4 %), Colombia (5 %) y, sobre todo, Noruega (18,4 %). En Estados Unidos, por el contrario los gravámenes a las empresas se limitaban en 2022 al 2 % del PIB. EFECOM