Eva Batalla
València, 18 nov (EFE).- La labor coordinada entre la Universitat de València y el Instituto Valenciano de Conservación en respuesta al llamamiento del director del Centro de Arte Contemporáneo L'ESART de Algemesí, Alejandro Villar, ha conseguido "poner a salvo" tras la dana parte del archivo histórico, incunables, indumentaria, piezas de los siglos XVII y XVIII y obras contemporáneas.
"Lo primero son las vidas humanas, obviamente, los bienes inmuebles, pero hay también otros bienes materiales como los archivos históricos, patrimonio, las obras de arte, una memoria que, si se pierde, se pierde la identidad de un pueblo", señala a EFE Villar, director también del Museu Valencià de la Festa de Algemesí -que es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad- y profesor universitario de museología y patrimonio.
Recuerda que la tarde del martes 29 de octubre el Ayuntamiento ya dio el aviso de alerta de la dana. Villar pensó que las obras expuestas en L'ESART estaban colgadas a una altura que las protegería. "Nadie esperaba que una riada nos reventara la puerta y entrara el agua a raudales", lamenta, llegando en algunas salas a 1,70 metros de altura. El almacén y toda la parte baja quedaron completamente anegados.
El agua también entró en el convento de San Vicente, edificio renacentista construido por los dominicos en 1590, que alberga el Museu Valencià de la Festa, un referente en divulgación y estudio de las tradiciones festivas valencianas.
Este espacio acoge la indumentaria y la música de la festividad de la Mare de Déu de la Salut, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Los textiles que conforman el ajuar de la Virgen, así como los revestimientos relacionados con la liturgia, no han sufrido daños directos por el agua.
Alejandro vive en un municipio próximo, Alberic, por lo que no pudo acceder a Algemesí hasta dos días después de la dana. Tampoco su compañera en el museo, Teresa Asensi, que también quedó incomunicada. Fue el comisario de moda Guillem Alventosa quien se encargó, junto a su madre, de actuar de urgencia limpiando el museo.
"Lo primero era sacar el barro a cubos, con ayuda de voluntarios. Luego subir las obras que estaban colgadas a otro espacio. Reventamos la puerta de uno de los almacenes para sacar toda la colección de Antonio Barroso y los de la exposición temporal con obras de Francisco Sempere 'Messa'", con la que habían abierto en septiembre la temporada, explica. También había obras de una muestra itinerante de artistas contemporáneos ucranianos que se habían "salvado de la guerra" y ahora sufrían este segundo azote.
Alejandro envió una petición de ayuda urgente a la vicerrectora de Cultura de la Universitat de València, Esther Alba, y a la Conselleria de Cultura. El viernes 7 de noviembre, cuando quitaron los coches de las calles y se podía acceder la población, la UV envió un camión cedido por la empresa de transporte Josearte.
"Cogimos obras, parte del archivo y algunos incunables que me habían traído vecinos y se lo llevaron a la Facultad de Geografía e Historia", indica.
La vicerrectora contactó con la directora del Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación (IVCR+i), Gemma Contreras, y ésta se dirigió al Laboratorio de Análisis y Diagnóstico de Obras de Arte en la citada Facultad de la UV. Eran las 22:00 horas.
Contreras se llevó a sus sobrinos y junto a voluntarios de la Universitat de València y de la Politècnica iniciaron el proceso de secado, introduciendo papel absorbente de cocina hoja a hoja. Cuatro días de trabajo manual a turnos.
"Habrá que intervenirlos porque tenían barro, pero por lo menos los hemos secado y los hemos salvado", señala Contreras a EFE. Se trata de incunables, parte del archivo municipal y la donación del arquitecto Segura Lago que guarda la biblioteca pública de Algemesí, entre otros documentos. Con manuscritos de los siglos XVII y XVIII, también planos antiguos, parte de su memoria histórica del municipio.
Alejandro Villar, junto al personal a su cargo y voluntarios, está vaciando el Museu Valencià de la Festa de Algemesí, convertido tras la dana en un centro de provisión de materiales a la población, para transformarlo en un centro de memoria. "Recogeremos objetos, fotografías antiguas y materiales que sirvan para documentar lo que ha ocurrido, para que no se olvide", explica.
Villar también trabaja en coordinación con el IVAM y con la Asociación Valenciana de Artistas Contemporáneos para atender las necesidades de artistas jóvenes y veteranos, proporcionándoles deshumidificadores y espacios para conservar sus obras. "El arte es un pulmón espiritual que hay que salvaguardar", proclama. EFE