Por Mercedes Salas
Madrid, 18 nov (EFECOM).- Ucrania mantiene su liderazgo en la exportación de cereales y girasol -primer proveedor de España- pero a ojos de los agricultores de la Unión Europea (UE) es ahora la competencia que baja los precios, cuando se cumplen mil días de la guerra que trastornó la alimentación mundial.
Los mercados agrarios se han acostumbrado al conflicto y, salvo interrupciones puntuales, se mantienen los envíos, un panorama que contrasta con aquel inicio de la invasión rusa, en febrero de 2022, que provocó una crisis por la incertidumbre sobre la oferta de materias primas y el alza de los abonos o piensos.
Ante los mil días que se cumplirán este martes de la invasión rusa, el comité de organizaciones agrarias de la UE (COPA) recuerda su impacto en la cesta de la compra y alega que, además de pérdidas de vidas, ha provocado "especulación".
"La guerra ha provocado una fuerte especulación, inflación y efectos económicos; alguien está ganando mucho dinero y no son los agricultores ni los ciudadanos", según ha apuntado el presidente del COPA, Massimo Giansanti, en una entrevista con EFE.
Giansanti ha destacado la competencia que suponen los envíos ucranianos para los productores de aves, cereales, cebollas y ajos, sobre todo para países como Polonia, Rumanía, República Checa o Bulgaria, donde los precios para el productor son muy bajos.
"Tenemos los precios inferiores de los últimos diez años; hace dos eran los máximos", subraya Giansanti, rememorando la escalada en la inflación motivada por la guerra.
En España, los productores han sumado al descontento y en las tractoradas Ucrania también ha estado en el foco; por ejemplo, en Santander, hubo en septiembre concentraciones de agricultores para pedir medidas contra la competencia por la entrada de cereal ucraniano.
Los precios del trigo blando en las lonjas españolas son, en estos momentos, un 23 % inferiores a cuando empezó la guerra y un 39 % inferiores a julio de 2022, momento de mayor encarecimiento antes de que se llegara a un acuerdo entre Ucrania y Rusia, con la mediación de la ONU y Turquía, para la salida marítima de grano.
El maíz cotiza un 16 % más barato que antes del conflicto y un 37,5 % inferior a julio de 2022.
Sin embargo, este lunes la jornada ha comenzado con subidas de precios en los contratos de futuros de Chicago (EEUU) y París (Euronext).
España es un país deficitario en cereales y proteína vegetal y Ucrania es su primer proveedor de grano y girasol.
Las importaciones españolas de cereales de Ucrania entre enero y julio alcanzaron los 7,28 millones de toneladas, un 60 % más que en el mismo período de 2023, según la asociación de almacenistas portuarios Unistock.
Las compras de trigo ucraniano ascendieron a tres millones de toneladas, con un repunte del 47,7 %, y las de maíz sumaron cuatro millones, con un incremento del 65,7 %.
El secretario general de Unistock y de la asociación de comerciantes mayoristas Accoe, José Manuel Álvarez, ha confirmado a EFE que el tráfico es fluido salvo algún ataque puntual de instalaciones portuarias.
Álvarez ha recordado la incertidumbre sobre la oferta -la UE no vivió escasez, pero sí países de norte de África y Oriente Medio con problemas por los precios- pero ha recordado que la situación se superó y "se pudo vivir con esos precios".
La conversaciones para la adhesión de Ucrania a la UE suscitan preguntas sobre su impacto en la Política Agraria Común o en el mercado interior.
Un informe de la Fundación Schumann analiza esta circunstancia y sostiene que Ucrania podría tener su sitio, complementar y contribuir a reforzar el papel de la UE como suministrador de alimentos, además de amortiguar la competencia creciente de Rusia. EFECOM